Ya no hay colas en la calle Santa María. Tampoco capirotes en los aledaños de la Catedral de Málaga. Ya no sintonizan la música de ninguna de las más de 40 bandas que aroman la Semana Santa de la capital. Solo en siete días hay un impacto de 103,7 millones de euros directos e indirectos, según la Cátedra de Estudios Cofrades. Este año, las pérdidas serán mayores. “Teníamos colas en la puerta y ahora no se venden ni capirotes ni guantes, el grueso de nuestros ingresos”, confiesa Ignacia, de Cerería Zalo.
El comercio por excelencia de productos cofrades de la ciudad aún acumula el stock del año pasado. “No es perecedero, pero es una inversión que un comercio pequeño debe asumir durante dos años”, exponen a esta revista. Y es que por segundo año consecutivo no se celebrarán actos multitudinarios durante la Semana Santa. “Diría que el impacto [negativo] estará muy por encima de los 100 millones de euros”, explica Benjamín del Alcázar, director de la Cátedra de Estudios Cofrades de la UMA. La cuantía es superior porque no tiene en cuenta las inversiones de las cofradías ni el circuito monetario anterior y posterior a esos siete días.
El gasto que dejan de hacer las cofradías durante la semana de pasión supera el 20% de su presupuesto anual. “Tallistas, ebanistas, restauradores, orfebres…”, enumera del Alcázar, también decano de la Facultad de Comercio y Gestión. Todos, gremios que desde un punto cualitativo y cuantitativo aportan valor a los siete días del culmen religioso de la capital. Ellos y los hosteleros, que ya calculan un 80% de pérdidas. “La situación es muy complicada al quitarte los dos grandes hitos del año: la Semana Santa y la feria”, expone Javier Frutos, presidente de la Asociación de Hosteleros de Málaga, desde donde estiman que en torno al 25% de los negocios ya han tenido que cerrar debido a la crisis económica producida por la sanitaria.
Una de las fuentes de financiación de las cofradías, a parte de las cuotas de hermanos (ordinarias y extraordinarias por salidas procesionales) son los eventos y la subvención de la Agrupación de Cofradías de Málaga. Los primeros se han visto mermados casi en su totalidad, mientras que los segundos han resistido gracias a un préstamo bancario que la propia agrupación ha firmado por valor de 900.000 euros. Y es que en torno al 75% del presupuesto de esta entidad viene sufragado por la venta de sillas y tribunas desde las que presenciar el paso de los tronos.
“Las cofradías han ajustado aún más los presupuestos para que afecten lo menos posible a todas las actividades sociales que suelen hacer”, explica a esta revista Pablo Atencia, presidente de la Agrupación de Cofradías de Málaga. “Están viviendo en economía de guerra, adaptándose a las circunstancias”, sentencia quien también asegura que las actuaciones más damnificados han sido los relacionados con el patrimonio. Este año, asegura, la Semana Santa se celebrará en torno a las imágenes en las casas hermandades, iglesias o capillas. “Organizaremos un circuito de visita a las 41 casas hermandades”, explica.
Y pasarán por la calle Santa María. “Si se impregna el ambiente de Semana Santa, podría ayudarnos bastante a que la gente se animase a comprar productos y llevar ese ambiente a sus casas”. Ignacia mantiene su fe en la esperanza. Esperan vender un 40% de lo que se vendía. Dice que sería un alivio. Como las colas en su tienda online. “Este año hemos preparado la tienda online por si nos volviesen a cerrar”. De momento, uno de los productos que más vende son los libros infantiles para colorear. “A los niños que son pequeños les va a costar engancharse de nuevo”, analiza. Segundo año consecutivo sin el sonido del incienso.
La Agrupación, una labor millonaria
Lejos de los actos multitudinarios y procesionales de la Semana Santa, la Agrupación de Cofradías de Málaga trabaja durante el resto del año en diferentes cuestiones sociales. En concreto, la entidad distribuye su partida presupuestaria social principalmente en dos tipos de actuaciones. Una se destina a las cofradías que forman parte de la agrupación y ellas mismas se encargan de su distribución. La otra la destina directamente la institución a las diferentes asociaciones y entidades que consideren necesitadas bajo aprobación por junta de gobierno. No obstante, su proyecto estrella es el economato gestionado a través de la Fundación Corinto, que cumple una década el año que viene. En él, las familias necesitadas, a través de un carné que le acredita como beneficiario, solo pagan el 15% de la compra que afectúan. “El volumen económico de la fundación es alucinante, hablamos de millones de euros”, expone María del Carmen Ledesma, vicepresidenta y coordinadora de proyectos sociales de la Agrupación.