E.P. Los comerciantes de Málaga han vuelto a hacer una llamada de auxilio. El presidente de Málaga Comercio, Salvador Pérez, ha reclamado a las administraciones ayudas directas y a fondo perdido. En este sentido, ha insistido en que estás no sean «engañabobos». La situación, con las nuevas restricciones de movilidad, lejos de mejorar va «de mal en peor«.
Según Salvador, los comercios «se están muriendo». Aunque no hay datos concretos sobre cierres, el presidente de Málaga Comercio admite que muchos ya han optado por bajar la persiana de forma definitiva. Otros, con una larga lista de empleados en ERTE.
«Esto no tiene visos de que se enderece y de ayudas directas nada de nada. ¿De qué nos vale pedir un crédito ICO si no tengo para pagarlo?», se ha preguntado Pérez, quien entiende y respeta las restricciones puestas en marcha para contener la propagación del coronavirus. No obstante, pide a los diversos gobiernos que a «echar una mano» sobre todo al pequeño comercio.
Pérez ha incidido en que demandan ayudas a fondo perdido y de manera urgente porque no tienen solvencia suficiente para devolverlo. «Vamos a tener que pedir dinero, pero para poder comer porque no nos está entrando nada de dinero y tenemos que seguir pagando los seguros sociales, alquileres e impuestos», manifiesta.
Las rebajas, a precio de coste
«El grande (en referencia a las grandes superficies) tiene más facilidad para endeudarse, tiene una infraestructura bastante superior, pero nosotros no tenemos nada», sostiene, y recuerda que la mayoría de comercios son pymes y autónomos, en muchos casos «familias que no tienen ya nada».
Ha puesto como ejemplo que el periodo de rebajas está suponiendo para muchos comerciantes no ganar apenas nada: «No hemos vendido, hemos tenido que pagar la mercancía y ahora lo rebajamos vendiéndolo a casi lo que nos ha costado. ¿Cómo vive ese comerciante?».
En este sentido, el presidente de Málaga Comercio ha lamentado los rifirrafes políticos entre los diferentes gobiernos mientras la ciudadanía pierde su empleo: «Es raro no conocer familias donde no haya parados. Los políticos no se dan cuenta, no entienden que cuando cae una empresa pequeña se lleva unos cuantos empleos».