J.A. GÓMEZ/ Málaga vive un importante salto cualitativo y cuantitativo en la producción eléctrica basada en energías renovables. Hasta ahora, la eólica ha sido la gran protagonista de dicho avance. De hecho, ha multiplicado por 13 su potencia en los últimos quince años. No obstante, la fotovoltaica ha recogido el testigo para convertirse en la energía verde con mayor proyección de futuro. Según datos de la Agencia Andaluza de la Energía, la producción de energía eléctrica de Málaga está basada en las energías renovables en un 49,5 %. El resto se reparte en un ciclo de gas que aporta el 25,3 % de la potencia, la central de bombeo de Tajo de la Encantada (con un 22 %) junto a varias plantas de cogeneración.
La potencia total que suman las instalaciones renovables en la provincia asciende a 940,85 MW. Destaca el papel de la red eólica que aporta dos tercios del total, con 628 MW. En este sentido, Málaga dispone de 25 parques eólicos y es la segunda, por detrás de Cádiz, con mayor despliegue en la comunidad autónoma. Para el director general de la Asociación de Energías Renovables de Andalucía (Claner), Carlos Rojo, “es un motor importantísimo gracias a su elevada capacidad en renovables”.
Eólica
La provincia aporta a la región el 11,6 % de la generación eólica. La aportación es fundamental con 25 parques en funcionamiento y un importante despliegue entre 2003 y 2013. Como dato anecdótico, el primer parque eólico experimental se instaló aquí, concretamente, en Ardales. La mayor parte de la red actual se encuentra localizada en la comarca de Guadalteba y, más exactamente, en las localidades de Almargen, Ardales, Álora, Campillos, Casares, Teba y Cañete la Real. Los parques de mayor potencia son Altamira (Almargen), con una capacidad de 49,30 MW; Cerro de la Higuera (Teba), con 44 MW; y Cerro Gavira en Campillos, con 41,65 MW.
Fotovoltaica
La fotovoltaica es el segundo pilar de las renovables. En la última década, su implantación ha aumentado de forma constante al abrigo de infraestructuras urbanas como tejados de naves
industriales, edificios públicos, privados. En una primera fase, lo habitual eran pequeñas centrales de entre 2 y 10 MW. Sin embargo, el sector está cambiando. Y como muestra un botón: en 2020 se pusieron en servicio dos plantas con una potencia conjunta de 86,48 MW, algo impensable hace algunos años.
Los expertos de Claner vaticinan un cambio de tendencia a corto y medio plazo de forma que la fotovoltaica lidere el nuevo ciclo. “Sin lugar a dudas porque los precios de las placas se han reducido muchísimo y el coste de mantenimiento es bajo”, justifica Rojo.
El reparto de los huertos solares y las plantas fotovoltaicas es relativamente homogéneo “sin que ninguna comarca destaque”, apunta. Málaga y Andalucía tienen como ventaja una gran cantidad de horas de sol. En la actualidad, aglutina 161 MW.
Autoconsumo
Dentro de esta categoría, cabe destacar el autoconsumo energético utilizando paneles fotovoltaicos. Según datos del Informe de Infraestructuras Energéticas de la Agencia Andaluza de Energía, el número de usuarios que generan su propia electricidad para reducir su factura mensual, ha superado los 18,4 MW al cierre de 2020. Aunque la cifra es todavía discreta, dicha modalidad despierta un enorme interés. El experto lo atribuye a una nueva normativa que “pone claridad y seguridad y deja de penalizar el sol” junto al abaratamiento de los costes. El director de Claner prevé un gran crecimiento en los próximos años. Y pone como ejemplo el autoconsumo a escala más doméstica como techos en naves industriales “que pueden compartirse”, hoteles, casas de campo, comunidades de vecinos y zonas residenciales.
Entre las firmas malagueñas que más están innovando destacan Mansel, con un sistema pionero que integra fotovoltaica y aerotermia; o Solelec, con sus placas fotovoltaicas pensadas para viviendas y negocios.