La crisis del coronavirus evidenció otra de las carencias de Europa en general y España en particular: la escasez de semiconductores. Procedentes en su mayoría de Estados Unidos o Asia, en España se tradujo en una reducción en el stock de vehículos y electrodomésticos que todavía colea. Ahora, la Unión Europea ha reservado 42 mil millones de euros para el diseño y producción de estos chips necesarios para el funcionamiento de la electrónica. La idea es que Europa alcance el 20% de la producción mundial de estos componentes. Y en la capital de la Costa del Sol se está construyendo el laboratorio que surtirá gran parte de esta microelectrónica. Se llama Instituto Innova Ricardo Valle.
El malagueño Ricardo Valle fundó la primera escuela de telecomunicaciones de España más allá de la de Madrid, donde se formó en las primeras promociones. Se trata de la actual Escola Tècnica Superior d’Engyneria de Telecomunicació de Barcelona, la primera piedra del Super Computer Center, la institución líder nacional en microelectrónica que pretende desbancar la iniciativa del Málaga TechPark. Otro de sus hitos fue desarrollar el Instituto Tecnológico para Postgraduados, en el que se promueven becas para formarse en las mejores universidades del mundo.
¿Cuándo?
Aunque ya estaba presente en foros de la Ametic (Asociación Multisectorial de empresas Españolas de Electrónica y Comunicaciones) o el Círculo de Empresarios, toma su impulso tras la irrupción de la pandemia. El alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, convocó a los máximos representantes de la tecnología de la ciudad, cuyo sector representaba el 20% del PIB de Málaga en un momento en el que el turismo, principal baza económica de la ciudad, estaba totalmente paralizado. El año pasado en el Foro Transfiere se trazaron las líneas definitivas.
¿Por qué?
El sector ha demostrado ser contracíclico: cuando la economía mundial se acercaba al precipicio, la tecnología funcionaba como una máquina recién engrasada. Aunque siempre mejor en países como Alemania, centrado en la investigación aplicada. En España, la ciencia se basa en la consecución de conocimientos y su publicación. Cosa que, bajo criterio del presidente de la Fundación, solo se lo pueden permitir países con superávit. En este sentido, su proyecto nace como instrumento que aspira a articular la conexión entre la ciencia básica y la ciencia aplicada.
¿Dónde?
De momento, la Fundación tiene un convenio con la UMA para usar un primer centro que la institución pública dispone para transferencias tecnológicas en el propio PTA. No obstante, se ubicará en un edificio en construcción en la ampliación de la tecnópolis malagueña, donde tendrá gran protagonismo la sede de microelectrónica.
¿Hacia dónde?
Uno de los problemas que se plantean desde la patronal es la sensación de que la universidad va a caballo de los avances tecnológicos. “Si no le decimos lo que vamos a necesitar siempre vendrán propuestas tarde porque las titulaciones que se están haciendo están muy bien, pero todavía no existen para los trabajos que se van a desarrollar en la próxima década”, argumenta Navarro. “Planteamos una iniciativa privada para que sea ágil y haga aquellas cosas concretas que se necesiten”, añade.
“Hace 20 años se soñó que en un secarral hubiese más de 20.000 empleados y más de 600 empresas, ¿por qué no soñar ahora con esto?”
¿Con qué dinero?
El presupuesto fundacional se sitúa en torno a los 2,5 millones de euros de los que el 51% proceden del ámbito privado (participan empresas como Famadesa, Top Digital o Aeroum, a parte de las de las vicepresidencias). En el resto, participan de forma equilibrada tanto el Ayuntamiento como la Junta de Andalucía, con una inversión adicional por parte de la Diputación y las universidades y un patrocinio de Unicaja Banco.
¿Con qué objetivos?
El Instituto pretende incrementar en 3.000 millones la facturación del PIB de Andalucía en la próxima década. Otros de los hitos que persigue son facilitar la fundación de otro centenar de empresas tecnológicas o crear en torno a un millar de empleos directos.
Cinco fundadores:
- Ayuntamiento de Málaga
- Junta de Andalucía
- Mayoral
- Myramar
- Fundación Sando
Consejo:
- Ezequiel Navarro.
(presidente) Grupo Premo.- Bernardo Quintero. Virus Total.
- Rafael Sánchez. Endesa.
- Antonio Gómez-Guillamón. Aertec.
- José Manuel Melero. Ericsson.
- Toni de la Prieta. Accenture.
- Fernando Hardasmal. Dekra.
- Javier López. Universidad de Málaga.
- Antonio Urta. Hospital Regional.
- Natalia Pérez. Málaga TechPark.
¿Para qué? Málaga, referente nacional en semiconductores
Robot hiperautomatizado: uno de los proyectos que se está desarrollando desde el área de la inteligencia artificial es el desarrollo de robots que puedan sustituir tareas rutinarias; por ejemplo: procesos administrativos de gestión como dar de alta a un paciente o grabar un pedido.
Parque de pruebas para el vehículo autónomo: la Fundación pretende construir una pista de pruebas y validación de vehículos autónomos en la provincia. De momento, ya están trabajando con varios fabricantes de automóviles españoles, varias empresas de telecomunicación y otros tantos laboratorios y clústeres de la zona. Su ubicación será fuera del PTA puesto que la previsión es que ocupe varias hectáreas.
Laboratorio de microelectrónica: con una inversión aproximada de 120 millones, pretenden levantar un laboratorio para desarrollar la microelectrónica y semiconductores tan demandados durante la pandemia. Lo harán en colaboración con siete empresas coordinadas desde Ametic. La iniciativa, dentro de los Proyectos Importantes para el Interés Común Europeo, generará en torno a 250 empleos.