Las entidades bancarias están empezando a notificar que el porcentaje de reserva mínimo para acceder a un préstamo promotor pasará del 30% a la órbita del 50%. Esto no es otra cosa que el anticipo de compra de la mitad de un proyecto aún en plano. Un condicionante que complicará más al sector inmobiliario ya golpeado por la crisis sanitaria. “Todavía no estamos en condiciones para evaluar, pero quien no tenga recursos económicos importantes se va a ver abocado a la desaparición”, vaticina Ignacio Segura, responsable de la promoción inmobiliaria de obra nueva de Gilmar en Málaga y Costa del Sol. “Va a complicar más al sector inmobiliario en la obra nueva”, sentencia.
Debido a la incertidumbre y la paralización de la economía tras la propagación del coronavirus, durante el año 2020 se han visado un 29% de proyectos menos que el año anterior. Según el Colegio de Arquitectos de Málaga, la provincia contabilizó en 2020 un total de 5.039 unidades proyectadas, cifra equivalente a la del año 2017. Las operaciones de viviendas usadas también han disminuido como consecuencia de la pandemia. Según la Asociación de Promotores y Constructores de Málaga (ACP), de 30.000 operaciones en toda la provincia en 2019, se ha pasado 23.000 durante 2020.
Nuevas preferencias de compra
“La gente está valorando una casa con amplitud para vivir, trabajar y compartir en familia”, analiza Violeta Aragón, secretaria de la ACP, quien insiste en la nueva perspectiva social más allá de la vivienda para dormir que “no se adapta a las nuevas necesidades”. Por ello, las operaciones de obra nueva se han mantenido prácticamente en la misma cifra: 5.600 ventas. Aunque las operaciones generales no se estén formalizando como antes de la crisis sanitaria, la demanda se mantiene. La paralización se debe principalmente a dos factores: la recesión económica en la sociedad española y las restricciones de movilidad desde el extranjero. De hecho, desde la ACP advierten que 28% las viviendas que se venden en la provincia se hacen a extranjeros.
El decano de los arquitectos de Málaga, Francisco Sarabia, insiste en que la recuperación se dará paulatinamente a lo largo de este año. “Será durante 2021 cuando se pueda comenzar a vislumbrar el futuro del sector”, explica. En cualquier caso, los datos del último cuatrimestre del año fueron los peores en cuanto a viviendas visadas: 1.081 frente a las 1.452 del segundo trimestre, el mejor. Misma esperanza mantiene Segura, quien augura que será septiembre el mes que marcará la salida hacia la vieja normalidad. “Todavía no hay grandes novedades, pero se espera que para septiembre el mercado empiece a tener un comportamiento más ágil”, expone a esta revista. El avance de la vacunación es su principal argumento.
Los jóvenes, asignatura pendiente
Otro de los problemas que están sobre la mesa es el acceso a la vivienda de los jóvenes. “En raros casos tienen una buena capacidad de ahorro, se ven obligados a ser inquilinos sin poder acceder a la compra de una vivienda”, expone Sara Arranz, gerente de TresHabitat. Y es que en la provincia de Málaga solo se terminaron 224 unidades de Viviendas de Protección Oficial (VPO). Todas, en la capital. En el plano de las viviendas visadas, están previstas 122 unidades repartidas entre Almargen (6), Estepona (100) y Algarrobo (6). “Si la edificación de VPO continúa a este ritmo testimonial, no se podrá atender a la demanda de la clase trabajadora ni de los jóvenes que quieran acceder a una vivienda”, denuncia Sarabia.
Por último, otro de los sectores afectados ha sido el del hormigón. La Asociación Nacional Española de Fabricantes de Hormigón Preparado (ANEFHOP) ha detallado en su barómetro anual la caída en la producción del 10,1% respecto a 2019. “El sector sigue muy preocupado por la falta de expectativas de inversión para el año 2021”, exponen desde la asociación. La paralización de las obras y la incertidumbre, entre sus quebraderos de cabeza.