A través del Fondo Europeo para Transformación y Resiliencia, a España le van a caer de Bruselas en torno a 70.000 millones de euros incondicionados hasta 2027. Pero, ¿realmente están llegando? Sí y no. La Unión Europea ya ha formalizado dos pagos a España que suman 19.000 millones de euros, ya en las arcas del Estado, y ha transferido a las comunidades autónomas casi el 59%. Sin embargo, solo la mitad de la cuantía ha sido canalizada de forma directa a las empresas. “La llegada de los fondos a las empresas conlleva un proceso largo de convocatoria y evaluación de los proyectos que está retrasando la llegada de los fondos a las empresas”, señala Carlos Bofill, socio del área de Subvenciones e Incentivos de Deloitte Legal y miembro del Deloitte European Center for Recovery & Resilience.
¿Cuál es el problema? El Gobierno ya ha cumplido con la consecución del medio centenar que le exigía la Unión Europea para autorizar el segundo pago, de 26.900 millones de euros, ya previsto en los PGE. No obstante, la inyección sucesiva de fondos europeos del Plan de Recuperación y Resiliencia de la Unión Europea está estrechamente vinculada a la consecución de proyectos. Estos primeros tendrán que estar ejecutados al 100% en 2023.
¿Cuánto dinero queda de 2021? Se estima que los fondos que todavía no se han usado en 2021 rondan los 10.000 millones de euros. Esto es debido a que, aunque las líneas de actuación estén definidas e incluso algunas convocatorias ya anunciadas, estas todavía no han sido abiertas para que las empresas en cuestión puedan presentar sus proyectos y, por ende, su candidatura a acceder a las ayudas establecidas para cada uno.
¿Por qué se está retrasando? La excesiva burocracia y la adaptación de los proyectos a las autonomías no están jugando a favor. “El régimen de Ayudas de Estado supone un marco normativo muy exigente para poder financiar a través de fondos públicos los proyectos de las empresas, esto, junto con el enorme volumen de proyectos, está suponiendo un verdadero reto para la Administración a la hora de convocar ayudas y evaluar las inversiones”, explica Bofill. Y si el dinero en las comunidades no se logra inyectar, por diferentes motivos (no se llega a convocar o se presentan menos empresas que las estimadas), el sobrante viaja de nuevo a Madrid para emprender un nuevo reparto.
¿Y en qué punto están? Tanto a nivel estatal como a nivel autonómico hay líneas de ayudas abiertas en cinco ámbitos: movilidad, energía, digitalización, salud y formación y turismo. Dentro de estas áreas existen subvenciones tanto de competencia competitiva como simple y de financiación anticipada o en modalidad de préstamo o subvención.
¿Algún ejemplo? De las últimas convocatorias en abrirse ha sido la del Kit Digital. Se trata de una convocatoria de carácter estatal para pymes de entre 10 y 49 trabajadores a los que el Gobierno ofrecerá ayuda por valor máximo de 12.000 euros. El presupuesto disponible asciende a 500 millones para todo el país y solo en Málaga hay 3.700 empresas con estas características.
¿Cómo la solicito? A través de los canales electrónicos de las distintas administraciones públicas ya que interviene tanto el Gobierno nacional como los autonómicos. Algunos portales útiles son los de los propios ministerios y consejerías y el de red.es. Además, instituciones como el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI), el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDEAE) o el Instituto de Crédito Oficial ofrecen información relacionada.
¿Y quién me puede asesorar? Tanto entidades públicas como privadas están gestionando la solicitud de este tipo de subvenciones. Desde la Junta de Andalucía, los centros CADE están asesorando en los pequeños municipios, mientras que en el sector privado entidades bancarias como Unicaja o empresas de asesoría privada están prestando sus servicios.
¿Qué más proyectos hay? El Consejo de Ministros ya ha aprobado oficialmente nueve marcos de financiación estratégicos conocidos como Proyectos Estratégicos para la Recuperación y Transformación Económica (PERTE), que son “las líneas insignia” de este plan europeo. Todavía no están abiertas todas las convocatorias, aunque sí está definida la cuantía económica de alguna de ellas: 4.295 millones para impulsar el vehículo eléctrico, 982 millones para la innovación en el sector de la salud y 6.920 millones dedicados a las energías renovables.
¿Tendremos que esperar mucho? Como se advertía, tanto la Administración central como las autonómicas deben darse prisa para abrir las convocatorias puesto que los proyectos deben empezar a ejecutarse para que desde Bruselas no corten el grifo. “En estos meses se han enfrentado los grandes retos de encaje de las estrategia de financiación con los marcos regulatorios y es de esperar que esto suponga una aceleración continua en cuanto a número de convocatorias propuestas, de hecho, ya se está observando un importante aumento”, aseguran desde Deloitte.
¿Qué hacemos mientras? “Aconsejamos que las empresas hagan un mapa anual de convocatorias conforme se vayan anunciando y tracen una hoja de ruta tanto de las prioridades propias como de los requisitos para acceder a las ayudas”, recomiendan los expertos. Algunas de ellas ya tienen las bases descritas y enlazadas en los portales web de los distintos ministerios y consejerías mencionadas.