«Esto es muy serio». «No podemos más». «Es inviable seguir trabajando sin beneficios». Esta ha sido la banda sonora de marzo. No solo en Málaga, también en el resto del territorio nacional. Comenzó con el parón de los transportistas, le siguió la manifestación del sector agrario en Madrid, y luego vino el amarre de la flota pesquera. Varios sectores se han echado a la calle en señal de protesta. ¿Qué quieren? ¿Cuál es el principal motivo? La subida del precio de la energía y los combustibles, que ha provocado que salga más caro trabajar que quedarse en casa. Por ello, los diferentes pilares económicos piden algún tipo de ayuda que les permita soportar los gastos, aunque no es lo único que reclaman.
Soluciones para los transportistas, pero no suficientes
El sector del transporte lleva con los motores apagados desde el pasado 14 de marzo, cuando la Plataforma Nacional en Defensa del Sector del Transporte convocó un paro que ha sido secundado por las pequeñas y medianas empresas del sector. ¿Por qué? La subida del precio de los combustibles, las condiciones laborales, la competencia desleal y la representatividad de los pequeños y medianos empresarios del transporte frente a la Administración son las cuatro principales problemáticas que señalan desde la plataforma. Pero la petición más urgente es poder asumir el coste de la gasolina.
Hace unas semanas, el Gobierno consiguió llegar a un acuerdo con el Comité Nacional del Transporte por Carretera (CNTC) y anunció un paquete de 30 medidas en las que invertirán más de 1.000 millones de euros. Más recientemente, Pedro Sánchez ha comunicado una rebaja de mínimo 20 céntimos en cada litro de combustible, aplicada a todos los ciudadanos hasta el 30 de junio. Pese a esto, la Plataforma en Defensa del Transporte ha manifestado que se mantendrán los paros hasta que existan garantías legales de que se prohíba trabajar a precios por debajo de los costes.
El sector agrario reclama dignidad
El medio rural lleva con movilizaciones y protestas bastante tiempo. La principal causa, declara Antonio Rodríguez, secretario general de COAG Málaga, es el tema de los precios por debajo de los costes de producción. «No puedes estar invirtiendo en sembrar unos productos que luego no te garantizan cobrarlos por un precio digno para poder seguir viviendo», manifiesta.
«Queremos que dejen de atacar al sector agrario», clama Baldomero Bellido, presidente de Asaja Málaga, que recuerda que la subida de los precios para los trabajadores del medio rural comenzó a mediados del año pasado. Además, destaca también como demandas una revisión de la nueva PAC y «una política hidráulica ambiciosa para poder aprovechar los recursos y que podamos tener garantía en nuestras explotaciones».
El pasado 20 de marzo los agricultores y ganaderos andaluces se desplazaron a Madrid para participar en una manifestación que se ha considerado histórica. «Esperamos que el Gobierno reaccione y que se pongan soluciones palpables rápidamente», expresa Rodríguez. Si no es así, cree que se llegará a un paro general «en el que de verdad no llegue ningún tipo producto».
Cubrir el 100% de la plantilla
En tema sanidad pública, la principal reivindicación es el aumento de la plantilla en la atención primaria. El Sindicato de Sanidad y Sectores Sociosanitarios de CCOO de Málaga se está concentrando cada semana en un centro de salud en protesta por el colapso que existe para acceder al médico de familia. «Hay centros de salud que tienen hasta 14 días para conseguir una cita médica», denuncia Juan Carlos Navas, secretario general de este sindicato.
Juanma Moreno anunció hace unas semanas que el Servicio Andaluz de Salud (SAS) destinará 347 millones de euros a la renovación hasta final de año de los sanitarios que fueron contratados para combatir la pandemia. «Pero es que ya no es renovar los contratos que hay, sino reponer los contratos que se cargaron en el mes de octubre», manifiesta Navas, recordando que se despidió a 20.000 profesionales en Andalucía, 8.000 de ellos en Málaga. Además, según Navas, cubrir el 100% de la plantilla también ayudaría a disminuir las agresiones a los sanitarios. «Habrá menor presión asistencial, y evidentemente, menos crispación y menos agresiones a los profesionales».
Un voto de confianza
Otro sector que se vio agobiado por los altos precios fue el pesquero. «Los costes de explotación del combustible se han cuatriplicado en un año», manifiesta Basilio Otero, presidente de la Federación Nacional de Cofradías de Pescadores. Concretamente, el consumo de gasoil suponía alrededor de un 30% de los gastos de explotación del sector. Ahora ya va por el 70%-80%.
Para paliar la situación, los pescadores reclaman un alivio en sus pagos. Demandan tres acciones: la excepción de las tasas portuarias, la exoneración de pagos a la Seguridad Social y ayudas directas del Estado. «Lo que se pide simplemente es poder seguir trabajando, pero con algún beneficio para el marinero», señala Otero.
Este sector también llegó a parar su actividad, aunque solo unos días. El Gobierno ha escuchado sus reivindicaciones y se ha comprometido a adelantar las ayudas previstas en el Fondo Europeo Marítimo. Desde Puertos del Estado ya se está estudiando la reducción de las tasas, incluso algunas comunidades autónomas contemplan la exoneración de las mismas. Es el caso de Andalucía, donde Juanma Moreno ha anunciado que se eximirá a los pescadores del pago de las tasas durante tres meses. En cuanto a los impuestos a la Seguridad Social, el ministerio está analizando la exoneración de las cotizaciones.
Además, Carmen Crespo, delegada de Agricultura y Pesca de la Junta de Andalucía, ha propuesto igualar el tope de ‘ayudas mínimas’ de la pesca a la del resto de sectores. En cualquier caso, los pescadores insisten en que han desconvocado el paro como un voto de confianza a las medidas del Gobierno, y no descartan nuevas movilizaciones si estas ayudas no llegan.
Ayudas puntuales «hasta que esto se normalice»
El sector del comercio está viviendo momentos de tensión por el parón de los transportistas. Según Salvador Pérez, presidente de Málaga Comercio, el desabastecimiento se empezó a notar desde los primeros días de paro. La principal demanda de este sector es también una rebaja en el precio de los combustibles.
«Aquí no se ha fijado ni que me des 50 céntimos, ni 10 ni 40. Estamos pidiendo una ayuda hasta que esto se normalice», manifiesta Pérez a Vida Económica. Porque como todos, piensa que «se va a pérdida» trabajando con los costes actuales. «Si para moverte necesitas más dinero del que vas a ganar, llega un momento en el que dices no puedo. Pierdo dinero y no tengo fondos para ello».
Más fondos y ampliación del plazo de devolución
Los hosteleros son otros de los grandes afectados por el desabastecimiento. Fuentes de la directiva de Mahos aseguran que los productos cada vez escasean más, sobre todo los frescos. «Ha habido algunos cierres de establecimientos», señalan desde la asociación. «La demanda que hay del sector es que el Gobierno tiene que poner fin a esto de una vez y cuanto antes», insisten.
Por otro lado, desde la Federación Andaluza de Hostelería y las asociaciones provinciales están pidiendo que el 40% de los fondos del Plan de Solvencia Empresarial, porcentaje que la Junta de Andalucía tuvo que devolver, se ponga de nuevo a disposición de los hosteleros. Esta parte de las ayudas no pudo ser concedida porque muchas empresas no pudieron cumplir con los requisitos que se les exigía desde las instituciones.
Además, el sector está demandando que se amplíe el plazo de devolución de los préstamos ICO que se concedieron al estallar la pandemia. «Se están empezando a tener que devolver ahora, y es una carga económica más que tienen que afrontar las empresas», explican desde Mahos.