Durante los últimos días, hemos podido observar como los mercados reaccionaban, no solo a la invasión de Ucrania, si no a otros eventos que tampoco pasan desapercibidos, como la inflación (camino de convertirse en estanflación), las subidas de las materias primas y la energía o más recientemente los nuevos confinamientos de 45 millones de personas en China ante una nueva oleada de Covid-19.
Ante este escenario, cuando las carteras sufren consideramos que es el momento de replantearse si estamos asumiendo los riesgos que realmente podemos y queremos asumir, o si quizá puede que estemos algo sobre-expuestos y sea el momento de rebalancear la cartera.
Entre los elementos que pueden ayudar a descorrelacionar la cartera encontramos los vehículos de Economía Real o Inversiones Alternativas, que permiten invertir fuera de los mercados de bonos, acciones o ETFs y compran activos que, aunque son menos líquidos, están menos expuestos a los movimientos de los mercados, y por tanto, su sensibilidad a los eventos que nos rodean y la volatilidad implícita de estos es menor.
Estos vehículos invierten en activos como parques fotovoltaicos, alternativas en el sector inmobiliario o, incluso, inversiones en colegios privados u hospitales. No están exentos de riesgos, pero pueden ayudar a diversificar las carteras y a ofrecer oportunidades de inversión muy atractivas.
No obstante, este tipo de inversiones no tienen que ser adecuados para cualquier inversor, ya que poseen características especiales algo más complejas, además de ser menos líquidos. Sin embargo para algunos clientes pueden ser un elemento descorrelacionador a tener en cuenta a la hora de configurar su estrategia de inversión.
Juan José Aguilar
Banquero Privado Director en Centro de banca privada en Málaga, Andbank España.