¿Cómo es?
Sencilla “casa de comidas” en el barrio de La Luz con una fiel clientela que acude de toda Málaga en busca de un buen producto, tratado con el máximo respeto y con una excelente relación entre calidad y precio.
Pescados y mariscos son los protagonistas de una apetecible carta que va cambiando según la compra del día, y que se complementa con ensaladas, arroces, un poco de carne para los despistados, ensaladilla rusa, buen queso o unas excelentes alcachofas salteadas.
Nos gustó por…
El manejo que tienen de la plancha es impecable, ya sean chopitos, calamaritos, huevas, calamar… cualquier opción es buena para disfrutar de su buen hacer. Mención aparte merece los Carabineros con un toque de Tío Pepe o la exquisita ventresca de atún rojo, el último día que estuve disponían de una pieza excepcional. También suelen tener pescados de mayor tamaño, como la lubina, que cocinan a la sal, o el Gallo Pedro, la Urta, el Pargo.. que preparan a la espalda o al horno.
La fritura no le va a la zaga, con un rebozado ligero y limpio, pero firme y sin exceso de grasa. Y de nuevo, una gran variedad en la que es imposible equivocarse. Salmonetitos, adobo, pulpo, boquerones, calamares… siempre con la máxima frescura y provenientes de sus proveedores de confianza.
Respecto a los entrantes, las alcachofas frescas cortadas en finas láminas y salteadas, estaban en el punto justo, manteniendo aún un cierto toque crujiente… muy recomendables.
Los postres, flan, mousse de chocolate, natillas, tarta de queso, son muy clásicos, pero cumplen su función. Destaca, sin embargo, su carta de vinos con unas 100 referencias y muchas de ellas realmente interesantes. El trato es cordial y eficiente gracias al buen hacer de Cristóbal, y los precios son otro atractivo más del local.