Cualquier inversión supone asumir riesgos, es normal en el tráfico mercantil, de lo que se trata es de minimizar al máximo los riesgos sobre todo cuando se trata de invertir en un país próximo como Marruecos, pero con una cultura, una psicología y un sistema de valores muy diferente al que estamos habituados y en el que trabajamos.
Algunas sugerencias.
1ª Gestionar directamente. No delegar en alguien que no esté imbuido de la cultura de la empresa y o con experiencia, probada, en entornos culturales diferentes al nuestro.
2ª Nunca gestionar en remoto sin disponer de herramientas eficaces de control que permitan reaccionar de una manera rápida ante cualquier eventualidad.
3ª Mantener, siempre, bajo control los puestos críticos de la empresa. Dirección General. Dirección Financiera. Dirección de Operaciones.
4ª Realizar, previamente, un profundo estudio de mercado y un riguroso plan de negocios. Prestar mucha atención a los costes ocultos.
5ª Dimensionar la estructura adecuadamente, ajustando al máximo los recursos. Es más fácil crecer en función de la evolución del negocio que tener que someterse a una drástica y costosísima cura de adelgazamiento.
6ª Contar con los profesionales, externos, que den soporte y asistencia a la empresa en todo lo relativo a los aspectos; laboral, fiscal y legal. Si fuese posible contratar siempre con despachos multinacionales con personal español y conocimiento y experiencia, contrastada, sobre el terreno.
7ª La paciencia es una virtud y en algunos mercados adquiere doble valor. Se gestionan personas y es muy difícil si no se dispone de experiencia tratar de imponer nuestra cultura y métodos de trabajo. Lo más difícil, si no se hace correctamente es cambiar las actitudes. No podemos hacer que sean como nosotros.
8ª Mantener el principio de autoridad. Somos profesionales. Hay que huir del “buenismo” y del “coleguismo”.