Ni bandas de música ni bordadores. Tampoco velas ni flores. “Eso queda en segundo plano, tenemos que cubrir lo más básico”. Por segundo año consecutivo, no se celebrarán actos multitudinarios durante la Semana Santa. Un parón que frenará la circulación de más de 100 millones de euros solo en la capital. Y como la economía trabaja en cadena, la Agrupación de Cofradías de Málaga ha tenido que focalizar su labor social hacia las ayudas básicas. “El perfil es muy cercano, de clase media, incluso hermanos de nuestras cofradías”, lamenta María del Carmen Ledesma, vicepresidenta y coordinadora de proyectos sociales de la Agrupación de Cofradías de Málaga.
La labor social del sector cofrade sigue dos cauces principales: el de las propias cofradías que administran independientemente sus recursos y la partida presupuestaria que reparte la Agrupación de Cofradías. Esta última, a su vez, también procesiona en dos itinerarios. Por un lado, el relativo a las subvenciones a las propias cofradías; por otro, las ayudas directas a las propias instituciones o asociaciones que demandan ayuda. “Durante la pandemia hemos provisto de material anticovid a diferentes organismos, incluso durante el confinamiento a algún convento tuvimos que pagarle la luz”, describe Ledesma.
Economato de la Fundación Corinto
“En otras ocasiones hemos hecho aportaciones económicas por proyectos, pero en este caso han ido destinado a actuaciones muy básicas como pago de personal, luz o compra de material EPI para los sanitarios”, reitera la también Hermana Mayor de la Cofradía de la Caridad y el Amor. Ella misma explica a esta revista que todas las partidas presupuestarias se arbitran junto a la dirección. De igual forma, confiesa que la pandemia también les ha pillado por sorpresa: “Nos hemos visto agobiados porque en el momento que más falta hacíamos, menos recursos teníamos”.
No obstante, el volumen monetario en horas de voluntariado e intermediación de recursos supera el millón de euros. Sobre todo, en la labor que de forma paralela realiza la Fundación Corinto, a la que pertenecen 31 de las 42 cofradías de la Agrupación. Como proyecto principal, esta fundación gestiona un economato en el que las personas necesitadas solo pagan un 25% de la compra. El resto, lo bonifica Corinto. “El volumen económico es alucinante, hablamos que, en los años que lleva abierto, se han gestionado millones de euros”, asegura Ledesma sobre una institución que cumplirá su primera década el año que viene.
Las cofradías de Málaga en el ámbito formativo
Durante la pandemia, desde la Fundación Corinto se ha trabajado para que los beneficiados, que deben tener un carné acreditativo, no tuvieran que desplazarse hasta las instalaciones. De esta forma, voluntarios han acercado distintos lotes a las personas que lo estuvieran necesitando. “Otra movilización importante es la campaña de recogida de alimentos en los supermercados. Esos lotes se han llevado a asociaciones, a comedores sociales o se han repartido por el barrio como hace la Cofradía de la Salud”, enumera la vicepresidenta y coordinadora de proyectos sociales de la Agrupación acerca de otras labores sociales de la órbita cofrade.
“El potencial social que tienen las hermandades es muy importante y es una labor en muchas ocasiones desconocida y poco valorada”, denuncia Ledesma. Antes de la crisis provocada por la irrupción de la pandemia de coronavirus, las ayudas se enfocaban más a necesidades educativas. De esta forma, se han creado aulas de psicomotricidad, se ampliaban ludotecas, se sufragaban materiales educativos o se organizaban talleres. Además, también han existido programas como becas de estudio o pago de tratamientos de menores cuyos padres no podían sufragar: fisioterapia o logopedia, por ejemplo. “Todo ello ha quedado en un segundo plano, pero esperamos que el bicho nos abandone pronto para poder recuperar ese tipo de labores”, sentencia.