Fausto Martínez, presidente de FM Consulting, acumula más de cuarenta y cinco años de experiencia en el sector hotelero e inmobiliario de la Costa del Sol. Asegura que en su empresa se pueden poner el casco de promotor y el de asesores inmobiliarios y aun así conseguir «hablar bien ambos idiomas».
¿Qué es ‘FM Consulting’?
Somos una compañía con 30 años de vida sobre la que hemos desarrollado básicamente dos actividades. Una inmobiliaria, ejercida a modo de exclusiva y centrada en proyectos de envergadura, y otra hotelera, que ha supuesto un apoyo vital en determinados momentos, y cuyo conocimiento nos ha permitido complementar diferencialmente nuestra rama inmobiliaria.
¿Con qué tipo de productos tratan?
Somos especialistas en 2ª residencia en la Costa del Sol, sobre todo la destinada al extranjero, por lo que nuestro producto es muy específico y está claramente orientado a sus necesidades. Somos conscientes de la dificultad que supone comercializar este tipo de viviendas y hemos tenido que alcanzar un alto grado de especialización. Contamos además con cientos de colaboradores locales y en origen con los que trabajamos regularmente y que integramos en nuestra red de ventas. A su vez, ofrecemos una amplia gama de servicios adicionales a los promotores que nos contratan.
Entonces, gestiona un servicio más amplio…
Nuestra gama de servicios incluye también el Project-Management porque hemos actuado en diversas ocasiones como promotores para desarrollar con éxito proyectos propios. Podemos empatizar con las necesidades del promotor e ir más allá de la comercialización. Incluso enlazar la promoción una vez concluida con un sistema de alquileres y gestión de propiedades que permita a los compradores rentabilizar su propiedad en periodos que no la disfruten o simplemente mantenerlas cuidadas y atendidas.
¿Cómo observa la crisis sanitaria?
Preocupados, como todos, pero con optimismo porque pensamos que será algo coyuntural, aunque traerá cambios estructurales. Confiamos en la revitalización de la demanda de viviendas amplias, luminosas y con jardines y terrazas, que es la tipología de producto que más conocemos, y por un mejor posicionamiento de este tipo de producto en el mercado de alquiler frente al tradicional de habitación y zonas comunes.
Una situación favorable para replicar la fórmula de la del Cortijo del Mar…
Sin lugar a dudas. Incluso más allá de la complicada situación sanitaria, esta fórmula produce un interesantísimo efecto sinergia entre lo inmobiliario y la instauración de un sistema de alquiler o mantenimiento de dichas propiedades. Son dos facetas que pueden encajar a la perfección en proyectos inmobiliarios futuros.
A través de este enlace puede conocer más de ‘FM Consulting‘.
Cortijo del Mar Resort: un caso de éxito en plena crisis
En 2008 se inició una crisis sin precedentes. Casi un millón de parados y hasta un rescate bancario. La tormenta perfecta para el capitán Fausto Martínez. El CEO de FM Consulting agarró el catalejo de promotor y su empresa, de más de 30 años, recogió el timón de un proyecto de 250 viviendas. Antes, como comercializador y después de que el promotor tuviera que abandonar el proyecto, como promotores. FM terminó la obra, asumió el Project-Management y colgó el sold out.
La travesía se remonta a 2006, cuando FM Consulting cierra un contrato de comercialización con un promotor con el que gestionaba hasta cinco proyectos más en la Costa del Sol. Uno de ellos, Cortijo del Mar. Un complejo de 250 viviendas de las que llegaron a prevender 90 antes de que la tormenta llegase, la obra se parase y las preventas se esfumasen. “Fue un época turbulenta y un día alguien descolgó un teléfono: conocéis perfectamente el mercado, habéis sido promotores, tenéis una trayectoria… ¿qué os parece si asumís el rol de promotor?”, recuerda Fausto Martínez.
FM aceptó y se convirtió en el titular de la incipiente obra en curso y del correspondiente suelo, con la oportuna financiación del acreedor hipotecario.
La obra acabó a final de 2009 y aunque FM fue especialmente meticuloso, el fuerte impacto de la crisis dificultó la venta durante la primera fase. No pudieron evitar el efecto “ghost-town”. “Era muy difícil comprar sabiendo que ibas a ser de los primeros”. prosigue Martínez.
La estrategia entonces se centró en habilitar una serie de apartamentos: amueblarlos, dotarlos de servicios hoteleros (recepción, limpieza, mantenimiento…) y comercializarlos bajo la modalidad de “apartotel”. “Conseguimos que hubiese vida, y el potencial comprador que llegaba veía que la piscina se estaba usando, que había niños jugando en el jardín, vecinos… ”, expone el CEO de ‘FM Consulting’. Este sistema de alquileres retroalimentó de nuevo la venta del conjunto.
