Tras dos años de parón por las restricciones de la pandemia, la asamblea general de Asaja Málaga ha vuelto a celebrarse en el municipio de Antequera. Baldomero Bellido resultó elegido de nuevo presidente de esta asociación por otros cuatro años más. Ya lleva ocho al cargo de la división malagueña de la mayor organización profesional agraria de España, que cuenta con más de 200.000 afiliados en el país.
Charla con Vida Económica acerca de sequía, costes de producción, la nueva ayuda para el olivar tradicional en la reforma de la PAC y si se está consiguiendo el relevo generacional en el sector.
Ahora que le acaban de reelegir presidente, ¿qué objetivos va a trabajar Asaja Málaga?
Nuestro objetivo a medio y largo plazo desde el inicio es mejorar las condiciones de vida de los agricultores y ganaderos. Para ello hay que mejorar una cuestión que sí tenemos ahora perentoria y que vemos que no se da una solución satisfactoria pasados los años, y es que las infraestructuras hídricas garanticen un abastecimiento a la población y al medio rural suficiente para poder tener unas garantías de nuestras explotaciones y un desarrollo de nuestra actividad.
Precisamente hace unos meses estábamos todos preocupados por la sequía. ¿Lo que ha llovido ha servido para mejorar las cosechas?
Ha llovido de una forma importante y no esperada durante el mes de marzo y parte de abril. Eso ha supuesto la mejora de la situación que veíamos, no negra, sino totalmente tiznada. Teníamos cultivos leñosos que estaban prácticamente abogados a secarse. Y eso es un cultivo que se seca y supone una pérdida de patrimonio del agricultor, que no es fácil ni barato de reponer. Pero esa situación ha cambiado totalmente. De hecho, en el caso de olivares, van a echar alguna flor, que esperemos que cuaje y llegue a aceituna.
«Muy pocos agricultores han abonado este año por el alto precio de los fertilizantes»
¿Los costes de producción siguen siendo igual de elevados que hace un mes?
Con la situación de la invasión de Ucrania los costes de producción se han elevado aún más para los ganaderos. No solo la electricidad y el combustible, también los piensos por el elevado precio que han tomado los cereales. En cuanto a los agricultores, muy pocos han abonado este año por el alto precio de los fertilizantes. Los que tienen sistemas de riego con electricidad y que no han podido instalar placas fotovoltaicas están pensándose mucho si van a regar los cultivos, porque el coste de la energía es mayor que la cosecha que se espera obtener en algunos casos.
Hablando de Ucrania, ¿se está notando la falta de cereales debido a la guerra?
Claro. Está viniendo el trigo y el girasol de otros países. Se está notando y se va a notar, porque no se han realizado las siembras oportunas, con lo cual no va a haber cosecha suficiente para solventar el volumen de importación que nos llegaba desde Ucrania. De hecho, la Unión Europea, para poder garantizar el suministro de pienso a los ganaderos, tuvo que admitir cereal de países que usaban fitosanitarios que aquí están prohibidos. Si no, habría que haber sacrificado al ganado por no poder alimentarlo.
«Esta ayuda realmente no soluciona absolutamente nada ni palia el problema crucial que tiene el olivar tradicional»
La semana pasada el ministro de Agricultura anunció una ayuda para el olivar tradicional en la nueva PAC. ¿Cómo ve esta medida?
Es como cuando se dice que ‘ha llovido para una apuesta’ cuando caen dos litros o un litro. ¿Hay una ayuda para el olivar tradicional? Sí, pero para una apuesta, porque realmente son 30 millones de euros para toda España. Si de los 2,5 millones de hectáreas que hay en España, de los cuales el 70 o el 80% es olivar tradicional, dan solo 30 millones de euros, pues es que no llega ni a 10 o 15 euros por hectárea. Esta ayuda realmente no soluciona absolutamente nada ni palia el problema crucial que tiene el olivar tradicional, que es la reestructuración, es decir, transformarlo en olivar más eficiente.
«No han tenido beneficios, han tenido pérdidas, y van a tributar mucho o poco por un beneficio inexistente»
¿Cuál es el futuro del sector?
Hemos terminado la tramitación de los expedientes de incorporación de jóvenes agricultores y no se han hecho el número de expedientes que esperábamos por la dificultad que tiene el preacceso. ¿Principales problemas? Estos costes de producción tan altos, la dificultad en el acceso a la titularidad de las explotaciones y, sobre todo, la disponibilidad de agua. Hay muchos agricultores que tienen agua en precario, o agua con expediente pendiente de regularización. Todas estas trabas burocráticas y la falta de disponibilidad de una forma legal de este recurso ha hecho que en nuestra provincia no se hayan formalizado muchas incorporaciones. Por esto vemos que, o se allana este terreno, o vamos a ver aún más envejecida la población agraria.
Estamos detectando, sobre todo en ganaderos, que hay muchos que nos comunican que ya van a abandonar la actividad en la provincia de Málaga. O comen ellos, o come el ganado. Eso nos preocupa enormemente. No pueden alimentar el ganado con los precios que tienen los productos. De hecho, ahora mismo estamos inmersos en las declaraciones de la renta. Ya se publicó la orden de reducción de módulos, y la ganadería ha tenido una reducción, pero es que tienen que tener módulo 0. No han tenido beneficios, han tenido pérdidas, y van a tributar mucho o poco por un beneficio inexistente.