E.P. Ayer el presidente de Turismo Costa del Sol, Francisco Salado, junto a la vicepresidenta segunda y consejera delegada de la empresa pública de turismo, Margarita del Cid, presentó el Observatorio de Turismo de Interior de la provincia de Málaga 2020. Salado indicó que el destino perdió 9,3 millones de turistas y 10.352 millones de euros el año pasado, lo que supone una bajada del 71% debido a la crisis sanitaria y económica provocada por la COVID-19.
Por su parte, el turismo de interior bajó un 63%, quedándose en ocho puntos por encima del descenso general. Así, los destinos rurales han conseguido amortiguar la caída de turistas e ingresos a la provincia.
Aunque Salado aseguró que no es un consuelo, se confirma “la impresión que teníamos de que el turismo de interior y de naturaleza había amortiguado algo mejor el golpe de las restricciones por la pandemia”. Los turistas, nacionales en este caso, han buscado espacios abiertos y con poca gente, ha añadido el presidente de la Diputación.
Las cifras
Durante el pasado ejercicio, llegaron 426.000 turistas al interior de la provincia de Málaga. En 2019 llegaron 1.168.000. La estimación del impacto generado en la producción por el gasto del turista es de 286,4 millones, incluyendo el impacto directo, indirecto e inducido. Esto supone una pérdida de 648,6 millones de euros y un descenso del 69,4% con respecto a la cifra alcanzada en 2019.
Los viajeros en casas rurales descendieron un 51,1% el pasado año, lo que ha supuesto una pérdida de 69.500 turistas. En cuanto a las pernoctaciones, han bajado un 56,8% con respecto a la cifra de 2019, lo que representa una pérdida de 409.000 pernoctaciones.