La casa, situada en el antiguo barrio de El Bulto, fue fundada por la Institución Benéfica del Sagrado Corazón. “En aquella época, era una de las zonas más deprimidas de Málaga”, explica Susana Lozano, subdirectora de la casa. Actualmente, en Cottolengo hay una comunidad de hermanas franciscanas clarisas que “vienen a compartir una presencia religiosa con nosotros”. El espacio depende de la diócesis, aunque es independiente de Cáritas: “Nosotros nos financiamos únicamente con la aportación de nuestros socios; no nos sustentamos ni con ayudas ni con subvenciones”.
Acogiendo desde hace décadas
Actualmente, Cottolengo acoge a más de 40 personas. “Hemos llegado a tener hasta 10 nacionalidades. El más pequeño tiene 12 años y la más mayor, 94”, explica Lozano. La casa se apoya en voluntarios que vienen a prestar su tiempo en ayudar a los acogidos. “Los organizamos en equipos. Hay uno de cocina, que coordina los turnos y las comidas; otro de planchado; otro de paseo terapéutico”. La casa cree también en que los acogidos deben colaborar en la medida de sus posibilidades. “Les pedimos que el que pueda haga un turno de mesa, el que pueda ponga la mesa, el que pueda doble las sábanas. Les hace sentirse útiles y sentir la casa como suya”.
«La casa tiene un sentido porque, de estar sola, en la calle, sin nada las personas acogidas vuelven a encontrar su ocupación, su hoga, su vida», explica Susana Lozano subdirectora de la casa.
Orígenes italianos
El sacerdote italiano Cottolengo creó en el Turín decimonónico la primera casa de acogida que recibió su nombre. Desde entonces, todos los centros que funcionan de manera similar y siguen su filosofía de atender a pobres y enfermos reciben este sobrenombre. “No tenemos un perfil: aquí tienen cabida los que menos tienen. Llama la atención ver cómo la sociedad no tiene respuesta para todas las necesidades”, señala Lozano. La casa atiende a personas con diferentes capacidades físicas e intelectuales, enfermos, personas sin hogar, y les proporcionan las necesidades más básicas: “Que tengan donde comer, donde dormir y donde asearse. Luego, nuestro objetivo es que la persona encuentre un lugar apropiado a sus características”. Esa búsqueda de mejorar la vida de las personas conlleva ver una evolución: “La casa tiene un sentido especial porque, de estar sola, en la calle, sin nada y enferma, las personas acogidas se recuperan y vuelven a encontrar su ocupación, su hogar y su vida”.
¿De qué forma se puede colaborar?
Además de ayudar en la casa como voluntario, se puede participar realizando una aportación económica de 10 euros mensuales. La Casa del Sagrado Corazón ha lanzado una campaña de captación de socios en la que han participado la agencia de comunicación La madre de los Beatles y el Ayuntamiento de Málaga. Para más información, se puede contactar a través del teléfono 952 317 443 o por el correo cscmalaga@gmail.com.