Si nos remontamos a febrero, en Andalucía había dados de alta en el sector de la construcción a 147.261 trabajadores en el régimen general y otros 50.988 como autónomos. En total, sumarían casi 200.000 personas las que este sector da de comer. Sin embargo, la crisis sanitaria y las nuevas medidas decretadas por el Ejecutivo, entre las que se encuentran la paralización o ralentización de las obras, ha provocado que esta cifra se vea reducida hasta los 128.251 trabajadores, según datos de Fadeco.
Tal y como señalan desde la ACP (Asociación de Constructores y Promotores de Málaga) en un comunicado, no se debe olvidar que la aportación del sector a las arcas públicas es “fundamental para mantener nuestro sistema de bienestar”, ya que el 51% del dinero que mueve la construcción se ingresa a la Administración, vía impuestos directos e indirectos.
Atendiendo a estos datos, ya se puede leer entre líneas cómo este sector está siendo uno de los más afectados por esta crisis económica y social. “Habrá muchas consecuencias negativas. La actividad se va a reducir por completo con el consiguiente perjuicio en la actividad económica y puestos de trabajo en el sector, que disminuirán de forma drástica”, añade Francisco Sarabia, decano del Colegio Oficial de Arquitectos de Málaga (COA).
La Construcción, un sector esencial para la recuperación
Al igual que ha sucedido en crisis anteriores, el sector de la construcción se va a convertir en una pieza esencial para la recuperación. Por ello, desde las asociaciones piden con urgencia diversas medidas. “Al no poder desarrollarse la actividad con normalidad, no parece lógico que se nos exija el cumplimiento de los compromisos derivados de una actividad normal, como por ejemplo los impuestos”, señalan desde el COA.
Desde la ACP, reclaman tres líneas de trabajo que van a ser vitales para intentar paliar, en la medida de lo posible, esta crisis:
- Aportar la liquidez necesaria para las empresas. Así podrán afrontar sus pagos a corto plazo en un momento en el que la producción es nula. Desde la ACP se quejan del trato discriminatorio que ha tenido la construcción frente a otros sectores, “a los que se les ha ayudado desde el minuto cero. Sin embargo, la construcción, a pesar de estar totalmente parada, tiene que seguir afrontando todos sus costes fijos y laborales”. Exigen la máxima agilidad en la concesión de líneas de avales ICO, así como la exención y aplazamiento de impuestos y el abono inmediato de las certificaciones pendientes de las Administraciones con las contratistas de obras públicas.
- Fomentar la inversión tanto pública como privada. Los constructores y promotores malagueños lanzan peticiones como la puesta en marcha de planes especiales en infraestructuras o la exención de ICIO durante 6 meses y el prorrateo posterior durante los meses de duración de la obra. Además, solicitan un esfuerzo adicional a las Administraciones Locales para que agilicen los expedientes de licencias en tramitación.
- Apuesta por las familias. “Nuestros equipos y sus familias son el principal valor de las empresas. Debemos garantizar su puesto de trabajo para que esto no derive en una emergencia social”, ha señalado Juan Manuel Rosillo, presidente de la ACP, en este comunicado.
Un futuro difícil de predecir
El sector de la construcción está afrontando esta situación con mucha incertidumbre ya que, como señalan los expertos, la regulación está cambiando de forma rápida e imprevisible, sin margen de maniobra. “La situación de inactividad está obligando a las empresas a ajustar sus gastos y prescindir de personal, en la medida que sus posibilidades lo permiten”, puntualiza Francisco Sarabia.
Aunque el futuro aún es difícil de predecir, los expertos señalan que será muy complejo volver a la senda de la normalidad. “Como sabemos, la construcción es un motor de la actividad económica. Esperemos que así lo vean nuestros dirigentes, se apoyen en este sector y planteen incentivos para la vuelta a la normalidad”, añade el decano del COA.
Primeras estimaciones sobre el sector
Real Estate Business School, en colaboración con la Cátedra de Investigación Inmobiliaria de la Universidad de Málaga, ha elaborado una primera oleada de percepciones entre los más de 2.000 miembros de la red de alumnos, profesionales, directivos y empresarios del sector inmobiliario español, y teniendo mayor ponderación en Málaga y Andalucía.
Como se observa en la anterior tabla, se puede comprobar la positiva evolución que ha tenido el sector a lo largo de los últimos años. Por ejemplo, los indicadores estimados para el cierre de este año (2020 E) proyectaban crecimientos desde el 1,9% para visados, el 4,13% para precios, estabilidad en compraventas y un 7,56% en obra terminada. Sin embargo, tras la declaración del Estado de Alarma, se ha procedido a analizar el impacto de esta situación en el sector a través del coeficiente C.O.V.I.N (Coeficiente Objetivo que Verifica el Impacto Inmobiliario del COVID19).
“Los indicadores caen desde un 16,51% precios de repercusión de suelo hasta un 46,84% en número de compraventas de vivienda nueva, para final de 2020”, explica José Antonio Pérez, profesor de Real Estate Business School, en dicho informe. También podemos observar cómo se producen caídas, por ejemplo, en el valor medio en la compraventa de obra nueva (-16,75%) o en las licencias de obras (-30,45%).