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Cuerpo Consular de Málaga

Rafael Pérez-Peña

Rafael Pérez-Peña

Cuando la redacción de la revista Vida Económica, me sugirió escribir un artículo sobre el Cuerpo Consular de Málaga, como Decano de los 43 consulados que lo componen, me planteé no perder la oportunidad de profundizar sobre su, no siempre conocida, historia y labor en Málaga. Un cónsul, básicamente ejerce de enlace administrativo, económico y cultural entre el país al que representa y en el que desarrolla su labor, fomentando la ayuda a sus nacionales.

La creación de consulados en Málaga es exitosamente temprana y extensa. El primer asentamiento extranjero en Málaga, con carácter de extraterritorialidad, se da con la firma del acuerdo entre el Reino Nazarí de Granada y la Republica de Génova en 1261, a los que siguieron los tratados con Barcelona y Palma que incluían nombramientos de cónsules en nuestra ciudad.

Cuatro grandes motivos determinan el desarrollo de la institución:

  • La existencia de una colonia extranjera entre estable y transeúnte.
  • La vía de los negocios con el nombramiento de cónsules honorarios, que suele recaer en extranjeros residentes o nacionales pertenecientes a la clase mercantil.
  • La implantación de nuevas nacionalidades en Europa a partir de 1650, con la paz de Westfalia, momento en el que nacen los estados modernos. En 1641, ya parece en Málaga un Cónsul de Dinamarca y en 1648 otro de Holanda.
  • La independencia de las colonias iberoamericanas y africanas, durante los siglos XIX y XX, y la implantación de sus consulados en Europa.

En 1785, se crea el Consulado del Mar, una de las instituciones más influyentes que tuvo la ciudad, cuya finalidad fue el fomento del comercio, la industria y la agricultura. Esta institución vio su continuación en la creación de la Cámara de Comercio, Industria y Navegación de Málaga, el 19 de julio de 1836, en cuya constitución participaron seis cónsules, designándose como su primer presidente a Heredia Livermore, eminente empresario malagueño, también representante de Portugal en esta ciudad. Desde su fundación hasta los años treinta, o sea casi cien años, esta Institución estuvo presidida por siete cónsules honorarios –el último presidente/cónsul (de Paraguay), fue José Mª Ortiz Tallo, entre 1926/28- prueba inequívoca de la importancia que esta institución consular ha tenido en el devenir empresarial malagueño.

Pero también en el origen del sector turístico en la Costa del Sol, allá por 1897, tuvo su huella la institución consular, en cuya gestación tuvo un destacado papel el cónsul británico en Málaga, Alexander Fin, a través de la Sociedad Propagandística del Clima y Embellecimiento de Málaga. Años más tarde, Jaime de Mora y Aragón, cónsul honorario de Zaire, sería uno de los promotores del turismo marbellí, junto al príncipe de Hohenlohe.

A lo largo del tiempo, la seguridad, el clima, la rentabilidad de las inversiones y la afabilidad de las personas, han sido los principales atractivos de Málaga para la población extranjera.

Hoy día, la provincia de Málaga sigue liderando la inversión extranjera en nuestra comunidad, con un 30,2% del stock regional. Igualmente, un año más, encabeza el ranking andaluz de población extranjera residente en nuestra provincia, así como el número de trabajadores foráneos. En concreto, reúne cerca del 40% de los 621.400 extranjeros que residen en la comunidad y el 30% de los 240.000 cotizantes, no españoles, que registró la Seguridad Social en Andalucía.

La Costa del Sol ha llevado a cabo una metamorfosis en los últimos años, que estoy seguro se estudiará en el futuro. Málaga ha llevado a cabo su particular revolución industrial, pero esta vez ligada a la cultura, la tecnología, los servicios, la hospitalidad y la conectividad geográfica. No existe un sector donde Málaga no se conciba como una oportunidad, desde el hotelero al residencial, pasando por el cultural, agrícola, tecnológico o logístico.

A una relación consular económica y comercial muy intensa, hay que sumar también una creciente cooperación en la colaboración cultural, con numerosas ciudades pertenecientes a los países que representamos. Del mismo modo, el incremento de las relaciones académicas con universidades europeas, asiáticas y americanas, se ha visto reflejado en un número cada vez más numeroso de alumnos Erasmus e idiomáticos, siendo éste uno de los motivos de la creación en la UMA, de una cátedra/aula dotada por el Cuerpo Consular de Málaga, con la misión de fomentar el conocimiento sobre relaciones internacionales.

En paralelo a lo anterior, nunca como en los últimos años, ha existido una relación de tanta comunicación y cooperación, entre el Cuerpo Consular de Málaga y las Instituciones Públicas. La labor consular se instituye como piedra angular en la relación entre el extranjero y las instituciones. Su labor, fundamental durante siglos, ha sido fiel reflejo de su honorable y reconocida profesionalidad. Esta relación es un modelo de éxito, basado en una alianza bilateral.

Rafael Pérez Peña
Decano Cuerpo Consular de Málaga. Cónsul de Portugal en Málaga

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