Cuando cada año los mares y océanos son receptores de casi 12 millones de toneladas de basura, el problema es inminente. Actualmente se ha declarado la lucha contra los residuos plásticos debido al importante impacto que esto tiene en el medioambiente. En España, por ejemplo, tan solo se reciclan el 30% de los plásticos, según Greenpeace.
Ante esta situación, surgen innovaciones para combatir el problema. En el caso de Biofy es un proyecto impulsado por estudiantes de la Universidad de Málaga que tiene como objetivo devolver los plásticos, que tradicionalmente no se pueden reciclar, al ciclo de consumo en forma de Fuel Oil bajo en azufre, un combustible con aplicaciones directas en muchos sectores.
Si no se resuelve el problema de los plásticos se estima que para el año 2050 haya una tonelada de plástico por cada tonelada de peces en el mar.
Biofy nace en un concurso organizado por la Universidad de Málaga llamado Ideas Factory, en el cual se buscaba que un equipo de 5 alumnos de distintas facultades desarrollen una idea en dos días. “A partir de ese momento se empieza a preparar un modelo de negocio contando con el apoyo de numerosos programas de mentorización”, según informan desde el equipo de marketing del proyecto.
Biofy además, cuenta con un equipo multidisciplinar formado por un grupo de ingeniería llevado por Matías Canale y Daniel Gil-Félez y uno de marketing compuesto por Melanie Carril y Victoria Rubio. Todos han recibido formaciones complementarias a las suyas como finanzas o legal, por lo que forman un combo muy polivalente.
Este tipo de proyectos aportan alternativas a los recursos y la manera de emplearlos que hemos tenido hasta ahora, y es necesario, ya que cada año en España 2 millones de toneladas de plástico acaban en el vertedero emitiendo 11 millones de toneladas de CO2. “Si no se resuelve el problema de los plásticos se estima que para el año 2050 haya una tonelada de plástico por cada tonelada de peces en el mar”. Como explican desde Biofy, “es necesario dar alternativas a sectores como las cementeras o el sector agrícola que no pueden permitirse cambiar todas sus instalaciones, de esta forma se les provee de un combustible menos contaminante, más estable y más barato”.
Por su preocupación por generar alternativas más sostenibles y respetuosas con el medioambiente y su afán por innovar, Biofy ha recibido ya numerosos reconocimientos como ser Spin-Off de la Universidad de Málaga, a posteriori se recibió el premio a la tercera idea más innovadora de Andalucía y Extremadura por Endesa, fueron ganadores de Startup Programme y premio PWC al proyecto con mayor potencial de crecimiento en mercados globales, siendo los más recientes el premio European Enterprise of the year, el XV concurso de emprendedores universitarios de la EOI y Málaga Joven 2018. Además, Biofy ha sido semifinalista en los premios Everis y segundos en el concurso Pascual Startup.
Es cierto que ya han tenido contacto con varias empresas y plataformas como Repsol o PluganPlay, pero aún necesitan los permisos y homologaciones propias de este sector que esperan obtener como mucho en dos años. Aun así, este sigue siendo un proyecto vivo que no deja de crecer y sus desarrolladores van a crear una planta piloto para así llegar a “potenciales clientes”. No dejan de apostar por su idea esperando que pronto pueda ayudar a solucionar el problema de los plásticos y seguir creciendo para “implantarlo a gran escala”.