Juan Carlos Delgado y Óscar Rodríguez mordieron la manzana por primera vez en 2015. El primero, por una revelación; el segundo, por pura intuición. Y ambos con la misma visión: el cambio de modelo de las compañías obligaba a un cambio de hábito entre los usuarios, reparar antes de volver a comprar.
«Lo más complicado es la reparación de smartphones, no hay una formación específica para todos los modelos que hay»
Morder la manzana es un acto de valentía que acostumbra a cambiar el rumbo de la historia. Es la fruta favorita de Óscar Rodríguez, un malagueño de adopción que decidió renovar su antigua tienda de informática. «La cueva de Batman» pasó a un paraíso de techos altos, luces y olor a manzana. «Cambia la dinámica cuando el operador ya no regala el terminal y el usuario tiene la necesidad de repararlo con urgencia». Es 2012, su particular punto de inflexión. El de su socio, Juan Carlos Delgado, fue un despido a los 46 un año más tarde. «Tuve la revelación de que tenía que montar una tienda de telefonía», dice mientras recuerda cómo se encomendó al de arriba. Y le cayó: hoy, Todomanzana factura 2,5 millones de euros.
Entre las cuatro paredes verdiblancas reparan móviles, ordenadores y consolas. Por ese orden. «En los barrios funciona mejor la informática que en los centros comerciales», puntualiza Rodríguez, quien divide a partes iguales el volumen de facturación entre los dos modelos de negocio de la marca: reparación y venta. «En la parte bazar vendemos fundas, carcasas, cargadores, discos duros, pendrives…», enumera Delgado, que deletrea «Hoco», su proveedor chino desde hace seis años. Ambos dirigen un total de 8 tiendas, 5 propias y otras 3 en modalidad de asociados. «Pagan un canon para sostener la infraestructura de marketing, web, etc.», explica la última fuente, quien estuvo en la misma modalidad durante sus primeros años antes de registrar la marca conjunta con Rodríguez.
«Las tiendas de informática antes eran como la cueva de Batman, y Todomanzana cambió el concepto»
Un camino trazado por la resiliencia del ensayo-error. «El iPhone 4 es el terminal con más tornillos de la historia», dice Óscar Rodríguez. Habla en serio: su primer contacto con la reparación de móviles fue con este smartphone. «Tuve que pagarle dos móviles a mis amigos», ríe. Antes, ya había entrado en contacto con Airtel (adquirida por Vodafone), británica para la que trabajó 15 años y con la que abrió 5 franquicias en Málaga. «Decido dejar Vodafone en 2012 y ahí converge la tienda de informática –abierta dos años antes– y la experiencia en telefonía móvil», recuerda. ¿El resultado? La primera tienda oficial de Todomanzana, ubicada en El Palo y todavía con Delgado trazando la secante.
«Sin la pandemia, nuestra expansión hubiese sido mucho más rápida, porque estábamos creciendo muy rápido»
Precisamente el punto de intersección fue una pantalla rota. «Había un servicio que no podia dar y era la remanufacturación de pantallas», explica Juan Carlos Delgado, que por aquel entonces, y de forma paralela, regentaba una tienda de Movilquick en el Centro Comercial Rosaleda. Se trataba de una firma salmantina con hasta 40 establecimientos en España también especializada en la reparación de móviles. ¿Su hándicap? Trabajaba por un sistema de valijas que cada día enviaban a la ciudad del Tormes. «Tenía la necesidad de reparar al momento, de una forma más rápida, y contacté con la única tienda que lo hacía en Málaga». La de Óscar, que le ofrece usar la marca Todomanzana para la que sería la segunda tienda de la firma. «Decidimos registrar la marca como empresa en 2015», afirma Delgado. No obstante, la actividad no fue conjunta hasta el verano de 2018, cuando abren su tienda más amplia: la del Centro Comercial Rincón de la Victoria. Le siguió el mismo año otra en Los Patios y terminaron por unificar el grupo poco antes de la irrupción del coronavirus: «La marca absorbe la tienda de El Palo y la de Rosaleda».
«Si no hubiese habido pandemia, nuestra expansión hubiera sido mucho más rápida», lamenta Delgado, quien confirma que tanto el volumen de facturación como el número de trabajadores ya ha recuperado la normalidad a pesar del lamento del cierre de su tienda en la céntrica calle San Miguel de Torremolinos en enero de 2022.
No obstante, los planes de futuro de la marca pasan por la expansión de tiendas físicas y, en ningún caso, por el desarrollo del comercio online. «A la gente le gusta venir a la tienda», reiteran. ¿El problema? Los conocimientos técnicos. «El negocio de las reparaciones es muy difícil porque tienes que tener conocimientos técnicos, es un nicho muy de autoempleo», afirma Rodríguez.
En cualquier caso, animan a morder la manzana una y otra vez sin miedo a las represalias. «Hicimos una prueba de almacén y tampoco salió, vamos directamente a las tiendas para ahorrar gastos», describen. Un escenario de ensayo-error. Como cuando desmontas un iPhone para volver a montarlo. A la tercera, va la vencida. Y de qué forma… Acaban de abrir la quinta tienda. Ahora, en el Centro Comercial Larios.
Juan Carlos:
¿Cómo decidiste entrar en el sector?
Me quedé en paro con 46 años y 6 hijos. Eso fue en enero y en abril abrí la primera tienda de Movilquick en el Centro Comercial Rosaleda, en el mismo local donde está ahora Todomanzana.
¿Te consideras emprendedor?
Soy más empresario que emprendedor. Cuando salgo de mi zona de confort estoy bastante inquieto y paso un par de noches sin dormir [ríe]. Para ser valiente ya está Óscar. Yo me dedico a que los números salgan, y él, a la organización y logística de todas las tiendas.
Óscar:
¿De profesión, emprendedor?
No conozco a ningún empresario que no sea atrevido. Tengo la capacidad de que olvido rápido [ríe] y he aprendido a relativizar todo y a llevarlo bien. Excepto en la pandemia, ahí sí pensaba que todo se iba a caer.
¿Qué es lo más complicado?
El sector de la reparación es complejo porque hay millones de modelos diferentes y no hay una formación específica. De hecho, tenemos un programa de formación con nuestro propio personal. En mi caso, estoy entrenado en problemas: en las tiendas de reparación siempre hay conflictos [ríe].
De formación, emprendedor
Óscar Rodríguez (Madrid, 1974) y Juan Carlos Delgado (Granada, 1967) aterrizaron en Málaga por cuestiones familiares y ambos todavía tienen algo por hacer: terminar la licenciatura. El primero arrastra alguna que otra de Empresariales, mientras que el segundo mantiene en espera otro par de asignaturas de Económicas después de, eso sí, obtener Empresariales. «Nuestra virtud es adaptarnos al mercado y a lo que viene porque es muy movido», argumenta Rodríguez. «Yo quería hacer informática desde joven y me fui a estudiar programación, pero no vi un ordenador ni en pintura: solo era física, estadística y dibujo», recuerda Delgado, cuyo primer cuarto de vida laboral lo desarrolló como responsable comercial de Cuétara. El primer café de ambos fue en la gasolinera de El Limonar. El resto es Todomanzana.
Tres asociadas en la costa occidental
Las 3 tiendas asociadas de Todomanzana se encuentran en Fuengirola, Benalmádena y Rincón de la Victoria. Pagan un canon a la marca para sostener la estructura de la página web o la publicidad. Justo la misma modalidad en la que comenzó Juan Carlos antes de unificar la marca con Rodríguez. «Cuando me metí con Óscar hice un acto de fe de todo lo que me decía y pasé de dos a seis trabajadores en mi tienda de Rosaleda», agradece Delgado. Ahora, en total, rozan la treintena de trabajadores en toda la estructura provincial. «El objetivo hubiera sido tener tiendas en toda España con una estructura más profesionalizada» –bromea– «pero sabemos que aunque una tienda dé poco, muchos pocos dan mucho». Es la premisa de Óscar Rodríguez, quien hace hincapié en la especialidad de la firma. En el nombre está la respuesta: todas las manzanas: iPad, iMac y iPhone.