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MIMMA. 20 años tocando en Málaga

Con más de 400 objetos e instrumentos musicales en 1.450m2, el MIMMA tiene como misión difundir y promover la cultura musical, inspirando nuevas vocaciones en este campo.

Miguel Ángel Piédrola, fundador, y Marta Izquierdo, directora, nos llevan en un recorrido por la historia del MIMMA en su 20º aniversario.

El Museo Interactivo de la Música de Málaga (MIMMA) dibujó sus primeros pentagramas en el proyecto ‘Música en Acción’, una exposición itinerante que arrancó en La Coruña en 1996 y terminó en Málaga en 2002 para convertirse en museo permanente. Primero lo hizo en la Muralla de la Marina para una década más tarde instalarse en el Palacio del Conde de las Navas, donde a día de hoy alberga una colección de más de 400 objetos e instrumentos musicales que ruegan tocar.

Miguel Ángel Piédrola Orta (1944) descubrió su pasión por la música con la bandurria de palo santo. Tenía cuatro años y ese instrumento de cuerda suponía el primero de los más de mil que hoy colecciona y expone. Lo primero lo hace en un inmenso almacén; lo segundo, en el Museo Interactivo de la Música – Málaga (MIMMA). Allí conviven más de 400 objetivos e instrumentos musicales llegados de numerosos puntos del planeta dispuestos a despertar la vocación de miles de escolares, adultos y mayores que visitan sus instalaciones. “Sucede. Hay personas que nos vienen diez años después y nos dicen “yo soy músico porque toqué aquí por primera vez”.

«Somos la sede del proyecto Emprendimiento Musical, donde seleccionamos los mejores y les formamos para salir al mercado»
Miguel Ángel Piédrola, fundador del Museo Interactivo de la Música de Málaga (MIMMA)

De hecho, es de obligado cumplimiento. “Se ruega tocar” es el lema de este museo distribuido sobre 1.450 m2 en el histórico Palacio del Conde de las Navas en calle Beatas. Se toca en las salas de color rojo, donde instrumentos de percusión y cuerda están a disposición del visitante para dar la nota.

Marta Izquierdo, directora del MIMMA

Algunos mejor que otros. “Incluso hay conciertos improvisados”, cuenta la empresaria Marta Izquierdo, ahora directora del MIMMA tras el fallecimiento a principios de 2022 de su marido Miguel Ángel Piédrola Lluch, impulsor del museo junto a su padre, que todavía mantiene su particular bigote con el que emprendió el proyecto allá por la década de los 90.

«En lo que llevamos de 2023 hemos batido el récord de asistencia de nuestro mejor año: 2019»
Marta Izquierdo, directora del Museo Interactivo de la Música de Málaga (MIMMA)

De primeras lo intentó en el Liceo, pero “aquella Málaga no estaba preparada para un museo así”, recuerda. El éxito comenzaría años después, cuando la semilla de lo que ahora es el MIMMA comienza a fecundar con el proyecto ‘Música en Acción’, una exposición itinerante que arrancó a principios de 1996 en La Coruña. Granada, Jerez o Sevilla fueron algunas de las siguientes localizaciones hasta que la gira terminó en 2002 en Málaga… para quedarse. “Cumplimos 20 años como Museo Interactivo de la Música”, se enorgullece mientras visualiza la inauguración en 2003 en la Muralla de la Marina, ubicación que ocuparía el MIMMA durante una década hasta el traslado a la actual.

Durante la visita de Vida Económica, Piédrola Orta no frena su tentación de tocar cualquier piano. Tres de ellos dan la bienvenida en el patio central del Palacio. Son los primeros de Málaga: un Montargón, un Juan López y un López y Griffo de principios del siglo XX. “Este piano es un Erard”, apunta en otra de las salas rojas. Junto a estas, se encuentran las negras y las blancas. En las primeras se expone la colección permanente con un recorrido por los orígenes de la música y su uso en diferentes culturas. Además, estas también ofrecen una experiencia sensorial con paneles interactivos donde visualizar su origen e identificar el sonido de los instrumentos expuestos.

MIMMA
Miguel Ángel Piédrola, fundador del Museo Interactivo de la Música de Málaga (MIMMA)

Las salas blancas, por su parte, se caracterizan por albergar instrumentos e instalaciones de gran formato. Como la Mano Guidoniana colgada del techo que corona el patio central. “Lo usaban para que los cantares leyeran las notas”, señala la directora del MIMMA, Marta Izquierdo. Cada rincón desvela un aprendizaje. ¿Sabías que las primeras flautas estaban hechas con tibias humanas? ¿Sabes cómo suena una sanza africana? ¿Y una máquina de flamenco? El MIMMA guarda una de las tres únicas que existen en España. Se llama Carmen, como cualquiera de las niñas que visiten el museo y vean la luz. La de la música.

¿Qué suena en MIMMA?

Flautas de hueso del Paleolítico Superior, un arpa de la prestigiosa casa Érard de 1819, un guimbri africano o un angklung asiático son algunos de los más de 400 instrumentos de las salas negras del MIMMA que guardan la exposición permanente. Las otras, pintadas de blanco y rojo, respectivamente, albergan instrumentos e instalaciones de gran formato, y las famosas ‘se ruega tocar’ con instrumentos a disposición de los visitantes.

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Miguel Ángel Piédrola, fundador del MIMMA y Marta Izquierdo, Directora del MIMMA

Un edificio del siglo XVIII

A Miguel Ángel Piédrola Orta le sorprendió el cartel de ‘FT Demoliciones’ sobre uno de los balcones del número 15 de la calle Beatas. “En seguida, me asomé por un boquetito en la puerta y vi el interior”. Eran las tripas en ruinas del Palacio del Conde de las Navas, cuya demolición era frenada por un amor a primera vista. La actual ubicación del MIMMA data de finales del siglo XVIII con una reforma fechada en 1877. Allí, 27 años antes, nació Juan Gualberto López Valdemoro de Quesada, conde de Donadío de Casasola y de las Navas y quien viene a darle nombre al palacio.

La rehabilitación para albergar el museo comenzó en torno al año 2010 y quedó inaugurado en 2013. El mismo preserva algunos de los elementos originales, como una cancela de hierro con las letras “C. de las N”, mencionando a la Condesa de las Navas hasta 1885, Carmen Pizarro Ramírez, abuela de Gualberto. Además, en la planta baja se puede contemplar parte de la muralla de la ciudad fenicia de Malaka.

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Fachada principal del MIMMA

Piédrola Lluch: Del museo templo al museo de la idea

Miguel Ángel Piédrola Lluch, heredó de su padre la pasión por la música y sus instrumentos. La casa familiar en plaza Uncibay, probablemente el primer museo de la música en Málaga de forma extraoficial, fue una inspiración desde temprana edad. “Las funciones del propio museo han ido variando a lo largo de la historia desde los museos templo del siglo XIX a los actuales museos de ideas”, describía en el congreso ‘Musei del nuovo millennio’ en Cremona (Italia) allá por 2012. No se equivocaba. Su férreo convencimiento de comunidad global y equipo interdisciplinar llevaron a este gestor cultural a coger el testigo de su padre y trabajar ante el reto de crear un museo.

Trazó las primeras líneas en el proyecto final de carrera en el Colegio Mayor ‘Santa María de Europa’ allá por 1994. Allí estudió casos de éxito de aquellos que incorporaba un elemento fundamental de su proyecto: la interactividad. Así nació el lema ‘Se ruega tocar’ y dos años más tarde inaugura la primera exposición itinerante en La Coruña con 10.000 visitantes en los primeros doce días. Aquel itinerario estaba presidido por una bandera de Málaga. El pasado diciembre el alcalde, Francisco de la Torre, le entregó otra junto al Premio de Turismo ‘Ciudad de Málaga’. Tuvo que ser a título póstumo. El fundador del MIMMA falleció a principios de 2022 dejando en Beatas 15 un calderón que nunca batuta podrá llevar al silencio.

Salvador Jiménez, presidente de Asociación Zegri, entrega a Miguel Piédrola el premio a la cultura al MIMMA
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