2.700.000 kilos de mantecados desde Antequera para el mundo. Es solo la producción del grupo Industrias Confiteras Antequerana (Incoan) durante la campaña de Navidad que arranca en octubre.
Desde entonces, el grupo emplea a más de 80 trabajadores en la producción de mantecados, magdalenas o polvorones. Fundada en una modesta casa en calle Pasillas allá por 1948, ya exporta en torno al 5% de su producción. Francia, Emiratos Árabes o Arabia Saudí son algunos de sus destinos más importantes.
Ángel Sancho es el actual director comercial de Incoan y nieto de los fundadores. “Mis abuelos empezaron a hacer dulces en casa, luego se trasladaron a un pequeño obrador, luego a otro y hasta la planta grande que tenemos ahora mismo”, cuenta.
Ubicada en el Polígono Industrial de Antequera, disfruta de 23.000 metros cuadrados. “La industrialización comenzó en los años 70”, recuerda. Desde entonces, la producción robotizada fue dejando de lado productos más elaborados de repostería “para tener más capacidad productiva y más control del proceso”.
« La robotización de la planta nos permite controlar los parámetros al máximo y mejorar continuamente la calidad del producto»
La internacionalización es más reciente. “Siempre ha habido pequeñas ventas, pero la inversión en ferias, captación de clientes y misiones comerciales comenzó hace diez años”, afirma. ¿Las claves? Adaptarse al consumidor: “Ni si quiera es lo mismo Antequera que Archidona, imagina Corea del Sur, donde estamos entrando ahora”.
El formato o la legislación suelen ser uno de los obstáculos que generan más dolores de cabeza a la hora de enviar el producto, que, por lo general, se hace en contenedores por vía marítima. Una de las particularidades de los manjares que exportan es que principalmente están elaborados con grasa vegetal.
“No está tan bien visto que una de las principales materias primas del producto sea grasa procedente del cerdo”, explica, aunque reconoce que la marca de producto original y típico de España ayuda a la normalización del consumo de mantecados y polvorones elaborados con grasa animal.
La crisis generada por la guerra en Ucrania no ha pasado desapercibida para esta empresa antequerana ya dirigida por la tercera generación familiar. El stock con destino a Rusia y a Ucrania ha quedado bloqueado desde que comenzó el conflicto bélico y el incremento del precio de las materias primas se verá reflejado en los precios de los productos navideños este fin de año.
“El incremento en el lineal será de casi un 30%. Si no lo aplicamos, lo siguiente es cerrar”, confirma a Vida Económica.
Productos como el azúcar, la miel o los cereales, en lo alimenticio, y el ascenso de la subida de la luz, en lo energético, son los principales capítulos que hacen que los gastos se hayan incrementado en esta empresa familiar que aglutina las empresas dedicadas a la planta de producción, la gestión comercial (unionmeals) y la plataforma logística.
En cuanto a las expectativas del mercado, mantienen una previsión idéntica a la del año pasado. “La realidad será esa u otra, pero en el mercado moderno las cadenas tienen la necesidad de tener todos los lineales cubiertos”, expone.