Ya hay que tener mala suerte, pero la corrupción se puede unir a todos los factores descritos descritos anteriormente sobre las dificultades de las empresas explotadoras de Málaga. El CEO de Ly Company, Francisco Rodríguez, confiesa cómo en uno de los países africanos a los que exporta le montaron una huelga cuando dejaron de pagar una “donación” a los funcionarios de inspección para que no hubiese retraso en las entregas. Las españolas allí presentes elevaron la protesta al Gobierno, pero la solución solo fue fructífera durante un “muy breve tiempo”.
Salvando las distancias, es una operativa parecida a la de los Keiretsus. ¿Se acuerda? Aquel entramado empresarial japonés que ejercía el proteccionismo en Japón y que vimos en el primer capitulo de esta serie. “Las compañías que actúan como distribuidores enmascarados cobran un peaje que de facto es un arancel, pero no infringe formalmente las normas de la Organización Mundial del Comercio (OMC)”. Quien hace la ley local hace la trampa. Aquí, y en Pekín.