Esta Alaska en miniatura, como se la conoce comúnmente, acoge un conjunto de glaciares, lagunas, bosques y montañas que son todo un espectáculo visual. Es también territorio salvaje, donde abundan el puma y el zorro, y desde la carretera se divisan fácilmente las manadas de guanacos y algún que otro ñandú, especies autóctonas de la zona.
Una de las mayores atracciones del parque es el Macizo de Paine, formado en granito y que se remonta a 12 millones de años atrás. El pico más alto, 3.050 metros, es el Monte Paine Grande, aunque las cumbres más conocidas son los llamados ‘Cuernos’ y ‘Torres’ del Paine.
En el parque se pueden realizar excursiones de todo tipo, desde paseos agradables disfrutando de las impresionantes vistas a caminatas de varias horas y algunas incluso con niveles de dificultad extrema.
Se puede disfrutar de los bosques de lengas y coihues (árboles típicos de la Patagonia), así como de las playas y lagos de este entorno natural.
A parte del ‘treking’ también hay excursiones en lancha y kayak que recorren las frías aguas del lago Grey, sorteando los témpanos de hielo, aunque éstos desaparecen a medida que avanza el verano. Los amantes de la escalada también encuentran aquí un paraíso con algunas de las paredes más inclinadas del mundo.
La mejor época del año para visitarlo es el verano austral, es decir, los meses de diciembre, enero y febrero aunque el parque se encuentra abierto todo el año. La temporada alta es de octubre a abril, cuando hay más horas de luz y se disfruta de mejores temperaturas.
Dentro del parque hay varios hoteles, refugios de montaña, sitos de acampada y campings donde alojarse y realizar una inmersión en este sitio privilegiado y disfrutar de la naturaleza en estado puro. Un lugar que no te dejará indiferente y al que seguro querrás volver.