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Llueve en Málaga: A pesar de las precipitaciones, los recursos hídricos de la provincia siguen al límite

El pantano de La Viñuela, el más grande del territorio y el que abastece a los cultivos de la Axarquía, está por debajo del 15%

La lluvia afecta a toda la provincia, dejando 80 litros en algunos puntos

La lluvia afecta a toda la provincia, dejando 80 litros en algunos puntos.

Mº CARMEN GALLEGO/ Las lluvias se han hecho esperar, pero están calmando un poco la sed de la provincia. Sin embargo, a pesar de las precipitaciones de esta madrugada y la previsión de agua para toda la semana, Málaga está viviendo una de sus peores sequías. Hace semanas que se escucha que este año hidrológico (los cuales empiezan el 1 de octubre. Es decir, estamos en el año hidrológico 2021/2022) es el más seco en mucho tiempo. Solo hay que fijarse en los datos. Según SAIH Hidrosur, el Sistema Automático de Información Hidrológica de la Junta de Andalucía que mide los recursos de las Cuencas Mediterráneas Andaluzas y la Cuenca del Guadalete-Barbate, toda la provincia malagueña se encuentra sumida en una sequía prolongada. Si se habla de escasez, la leyenda oscila entre una escasez grave y una escasez severa, aunque la enorme mayoría de las comarcas malagueñas presentan el color rojo que indica la tipología severa.

Si no continúa lloviendo, los embalses y acuíferos no se recargan. El pantano de La Viñuela, de más de 165 hectómetros cúbicos de capacidad, estaba hace unos días por debajo del 15% de su cabida. Es el que más preocupa. Los demás embalses, aunque también en una situación muy peligrosa, están por encima del 24% de capacidad. 

“Estamos en el año más seco de las últimas décadas, incluso por encima de la gran sequía que hubo el siglo pasado”

El que goza de mejor salud ahora mismo es el embalse del Guadalteba, que está lleno al 51,5%. “Estamos en el año más seco de las últimas décadas, incluso posiblemente por encima de la gran sequía que hubo en el año 94-95 del siglo pasado”, comenta Fernando Fernández Tapia, delegado de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Junta de Andalucía en Málaga. “Los aportes que está habiendo son casi 5 y 6 veces inferiores a la media de los últimos 10 años”, añade.

Si se comparan los datos actuales con los del año hidrológico pasado, el embalse de La Viñuela contaba con 53 hectómetros cúbicos de agua en febrero de 2021, mientras que ahora mismo solo llega a 24. “Pero es que si nos vamos a las precipitaciones, en este año se han recogido 30 litros, mientras que en el mismo periodo del año anterior ya teníamos 161”, apunta Fernández.

Desde la Junta de Andalucía y la Diputación Provincial de Málaga aseguran que, con los niveles de agua disponibles actualmente, el abastecimiento humano está garantizado. Pero también es cierto que “estamos en el peor de los escenarios posibles”, advierte el delegado, pues “ha llovido incluso me nos que las previsiones más pesimistas que había”.

Los famosos subtropicales de la Axarquía son los que más preocupan. Ante el estrés hídrico, muchos agricultores están tomando la decisión de dejar los árboles con las ramas mínimas 

Para Dani Pérez, secretario general del PSOE de Málaga, la sequía que está viviendo la provincia es la más severa de los últimos 80 años, y no ve tan claro que para el consumo humano no haya problemas. “Hay un riesgo alto de que no tengamos agua para abastecimiento humano”, afirma. Su esperanza está, como la de todos, en el cielo. “Si no llueve en los próximos días y si llegamos al verano sin agua, nos vamos a encontrar cortes como los que recordábamos en los años 90”, apuntaba a esta revista hace algunas semanas. 

De hecho, ya se han dado. El Ayuntamiento de Campillos tuvo que implantar en noviembre cortes nocturnos de agua para estirar las reservas. Los municipios de Benamargosa y El Burgo corrieron la misma suerte en septiembre, mientras que para Cortes de la Frontera las restricciones llegaron en octubre. Los vecinos de Arriate sufrieron desabastecimiento puntual y baja presión, pero afortunadamente pudieron solventar la situación con la incorporación de dos nuevos pozos que reforzaron el suministro.

Implantar desaladoras es una de las posibles soluciones. La Junta está comenzando a estudiar la construcción de una en la Axarquía, aunque hay que tener en cuenta su enorme coste energético 

Sequía en Málaga
Valle de Abdalajís. Los municipios del norte de la provincia están sufriendo las primeras consecuencias de la sequía                                                                                                            

Sin embargo, “el problema más importante que ha habido en nuestra provincia era en el municipio de Valle de Abdalajís”, señala Cristóbal Ortega, diputado de Medio Ambiente en la Diputación de Málaga. El acuífero del que bebía el pueblo fue perforado en 2005 durante las obras de uno de los túneles del AVE. Desde entonces, los vecinos han tenido que surtirse de agua mediante camiones cisterna hasta que la Diputación invirtió en las captaciones. “Hemos trabajado en esas captaciones, hemos puesto el agua en la red de abastecimiento, y actualmente tienen asegurado el suministro”, afirma Ortega. “Además, es un pueblo donde el agua subterránea era muy abundante, por lo que no era tanto un problema de cantidad, sino de distribución y de captación”, explica el diputado

En Fuente de Piedra también han tenido hasta hace muy poco un problema importante con el agua. Esta vez, de calidad: el agua corriente en este municipio no era potable desde hacía casi cinco años. Ha sido muy recientemente cuando por fin han conseguido tratarla gracias a la implantación de una planta potabilizadora. La Diputación de Málaga en colaboración con la Junta de Andalucía ha llevado a cabo una inversión de 900.000 euros para construir esta infraestructura que hiciera al agua con la que contaba el municipio apta para el consumo humano.

Tan importante es tener agua como no perderla

Claramente, el problema principal que provoca la falta de agua en la provincia es que no está lloviendo. Pero si al agotamiento de las reservas se le suman pérdidas importantes, la situación se agrava aún más. “Hay municipios que tienen pérdidas de en torno al 50%-60% en su red de abastecimiento. Es decir, en la distribución se pierde más de la mitad del agua que se extrae”, manifiesta Ortega. “Eso también es un gasto. Ese agua, que ya está potabilizada, la meten en la red, se pierde y no llega al consumidor”, señala Fernández. “Los ayuntamientos tendrán que hacer un esfuerzo”, añade. Por su parte, la Diputación ha puesto en marcha un programa de detección de fugas en los municipios para intentar solucionar este problema.

También hay ayuntamientos que están consumiendo más agua de la que tienen asignada. Y territorios que no se surten de los embalses provinciales, sino que cuentan con pozos propios que no se han recargado por la falta de lluvias. En estos casos, posiblemente los ayuntamientos tendrán que tomar la decisión de implantar cortes de agua nocturnos. 

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