La digitalización que hemos presenciando desde el auge de internet se ha vuelto exponencial en los últimos años y ha explotado a raíz del Covid-19 que ha acelerado los hábitos de consumo digitales castigando a aquellos más reacios al cambio y a otros de forma más aleatoria. Ahora más que nunca “el software se está comiendo el mundo”.
Hoy en día los emprendedores tenemos acceso ilimitado a contenido de calidad en newsletters, podcasts, blogs; recibimos soporte desde comunidades online y espacios físicos como incubadoras; existen plataformas tecnológicas de servicios cloud, inteligencia artificial y herramientas que hacen el desarrollo de productos tecnológicos más accesible y rápido con equipos humanos pequeños. Ya disponemos de grandes casos de éxito en el ecosistema que sirven como referencia, es más fácil acceder a talento una vez eliminada la limitación geográfica y además hay abundancia de capital disponible para financiar empresas tecnológicas en sus primeros años de vida.
«Es más fácil acceder a talento una vez eliminada la limitación geográfica, y además hay abundancia de capital para financiar»
Emprender supone un riesgo enorme, pero si en algún momento vale la pena correr riesgo es en época de cambio de la cual saldrán los ganadores del futuro. Para los más jóvenes puede valer la pena unirse a un proyecto ya en marcha que funcione, aprender, hacer contactos y prepararse para luego emprender una aventura propia.
Hay dos visiones antagónicas de la persona emprendedora o empresaria, la positiva que la identifica con el Atlas que sustenta el mundo económico y la negativa de aquellos estados intervencionistas y con políticas fiscales infernales que lo consideran el activo por excelencia a exprimir. Muchos extranjeros están viniendo a España y a Málaga por calidad de vida para trabajar en remoto, pero también hay españoles que se están marchando a otras jurisdicciones más amables. Esto da para un buen debate.
Definitivamente tenemos una ventana de tiempo con el viento muy a favor, en la que muchos factores confluyen en la misma dirección, pero la oportunidad no durará para siempre.
Álvaro Villacorta
Managing Partner en Think Bigger Capital