Mari Carmen Gallego/ La última vez que la Junta de Andalucía aprobó modernizar el decreto que regula el sector del taxi fue en 2012. En 2015, tras modificarse las ordenanzas municipales, los taxistas comenzaron a trabajar con las nuevas medidas. Fue después de que llegasen las aplicaciones y las multinacionales extranjeras como Uber cuando el sector del taxi volvió a pedir que se cambiase el decreto.
Ahora, años después y en mitad de la crisis provocada por la COVID-19, la Junta aprobó el pasado martes 9 de febrero la nueva modernización del decreto del taxi. Según la delegada de la Junta en Málaga, Patricia Navarro, son medidas que contribuirán a dinamizar el sector y que también servirán como balón de oxígeno e impulso a uno de los sectores más afectados por la pandemia. Guillermo Díaz, presidente de la Asociación Unificada Malagueña de Autónomos del Taxi (AUMAT), la asociación mayoritaria del taxi en Málaga, no está tan seguro.
¿Qué es lo que el sector del taxi ha estado pidiendo desde hace años?
Desde primera hora el taxi lo que ha querido es avanzar y modernizarse, es decir, ofrecer al usuario garantía y seguridad. Y qué mejor garantía y seguridad que la Administración, que es la que nos regula la manera de trabajar, la que regula los precios… Eso debe ser una garantía para el usuario.
Nosotros hemos intentado modernizarnos y adaptarnos a los tiempos. Mucho antes de que llegaran estas multinacionales extranjeras, nosotros ya teníamos aplicaciones en España que hacíamos uso de ellas. Vienen como vendiendo algo que el taxi ya lo tiene. Lo que no queremos es que haya una competencia desleal o que se produzca dumping, y sobre todo, que a la gente le quede claro que nosotros todo lo que tributamos, lo tributamos aquí. Estas multinacionales extranjeras no tributan en España.
¿Las nuevas medidas cumplen con las expectativas que tenían cuando comenzaron a pedir la modernización del sector?
Esta modernización es una cosa que se viene utilizando en el taxi desde muchísimo tiempo atrás. El precio cerrado, antes de que existieran los taxímetros, ya se le daba al cliente. El cliente llegaba y quería más o menos saber cuánto valía. El precio venía ya estipulado desde la Junta de Andalucía y desde los mismos municipios. ¿Qué ha hecho ahora este decreto? Lo que ha hecho es certificar que esto se puede hacer y garantizar el servicio regulándolo. El taxi compartido, prácticamente igual. Cualquiera que llegue en un tren, en un avión o en un barco y se cruza con alguien, con algún vecino, o por las redes sociales… Ah pues yo voy para Marbella y voy a coger un taxi… Ah pues yo voy contigo…
Otra de las medidas son los medios de pago, que nosotros sí los tenemos actualizados. Otras ciudades no, pero Málaga es puntera por el turismo. Los medios de pago de tarjetas, de datáfonos, bizum… los tenemos actualizados. Incluso algunos compañeros dicen que hasta podrían cobrar en bitcoins (ríe). Para que te hagas una idea, que sí que es bueno que lo hayan acogido y regulado, pero que son medidas que ya estaban en el sector. Las teníamos de antes, lo único que ahora sí vienen recogidas y reguladas.
“El balón de oxígeno sería que se garantizara que pudieran abrir los comercios y pudiera abrir la hostelería”
¿Cree que estas medidas van a hacer más competitivo al sector y van a ayudar al taxi ante esta crisis del coronavirus?
Estas medidas lo que hacen es modernizarnos y que sea más cómodo para el usuario. Que pueda decidir si quiere el precio cerrado o a taxímetro, o si quiere compartir el taxi o no lo decide el usuario y nosotros lo aplicamos. Lo importante es que la gente vea que lo que solicitamos es ser competitivos. Pero ser competitivos no significa que le abramos las puertas a otros modelos de transporte que no cumplan con los mismos requisitos que cumplimos nosotros.
Se lo preguntaba porque la delegada de la Junta expuso el otro día que estas medidas van a ser un balón de oxígeno para el taxi en esta crisis.
No, el balón de oxígeno sería que tuviéramos trabajo, que los comercios pudieran abrir, que la hostelería pudiera abrir, que se tomaran medidas para reinventarnos y transmitir seguridad a los ciudadanos. Cerrar negocios no es bueno para nadie, ni para los negocios que cierran ni para los que estamos en la calle. Nosotros en cuanto hay algún cierre de comercios y hostelería lo pasamos mal. Nos pegamos horas y horas en las paradas porque el único servicio que tenemos es a alguien que tengamos que llevarle la compra o a alguien que tengamos que llevar al hospital. El balón de oxígeno sería que se garantizara que pudieran abrir los comercios y pudiera abrir la hostelería con las medidas que se estimen oportunas. Lo que queremos es trabajo. El balón de oxígeno sería que nos proporcionaran trabajo.
“Nosotros hemos intentado modernizarnos y adaptarnos a los tiempos”
¿Las ayudas de 1.000 euros han llegado?
Nos prometen unas ayudas de 1.000 euros, que son ciertas, pero uno de los requisitos es que si ya estamos recibiendo alguna prestación, esas ayudas no nos llegarán a ninguno. De hecho, no han llegado ni al 2% del sector porque ya se estaban recibiendo las ayudas del Estado. Las de la Junta de Andalucía sí es cierto que las han puesto, pero si uno de los requisitos es que son incompatibles con estar de baja o enfermo o con otra prestación, pues automáticamente el que esté recibiendo algún tipo de prestación no tiene opción a ellas.