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Javier Calleja: «Los artistas no dejamos de soñar»

Javier Calleja (Álora, 1971) se licenció en Bellas Artes por la Universidad de Granada, desde entonces no ha faltado a sus citas en numerosas exposiciones. Incluso en el plano internacional: en Asia, mantiene dos colecciones. Su obra contemporánea, que combina crítica e inocencia, se caracteriza por la exposición de universos figurativos envueltos en su amplio ingenio.

Javier Calleja en su taller

Javier Calleja en su taller

Este verano, la casa Christie’s acaba de subastar una de sus obras por 425.800€. ¿Le da vértigo?
La sensación de vértigo existe un poco, pero lo peor sería no tenerlo. El vértigo desaparece cuando levantas los pies de la tierra, entonces tener vértigo significa que tengo los pies en la tierra. Realmente, lo que ocurre con este tema es un mercado secundario. Comprar una obra mía en el mercado primario es más económica. No significa que yo venda los cuadros a ese precio. La gente se piensa que los artistas ganamos ese dinero. Ese cuadro lo ha vendido un coleccionista y yo no recibo nada.

De nuevo, Hong Kong… ¿qué relación guarda usted con el mundo asiático? ¿Cuáles son sus referencias?
Mi relación con Asia es que tengo galerías allí. En concreto, dos y guardo muy buena con Asia. En realidad, no encuentro tanta inspiración en ese mundo. Encuentro mi inspiración en los comics y en los dibujos animados de cuando era pequeño. Soy de la generación que se crio con Mazinguer Zeta. Mi inspiración viene de ahí y de los tebeos de Mortadelo y Filemón o Rompetechos.

Javier Calleja
Javier Calleja

¿Qué sueña un artista?
Los artistas no dejamos de soñar. Desde hace un tiempo lo que hago es vivir más el día a día. Soy de esas personas privilegiadas a las que los sueños se le han cumplido porque intento convertir los sueños en metas. Proyectar mi sueño y transformarlas en metas a corto, medio y largo plazo. ¿Con qué sueño? Con mi próximo cuadro, mi próxima escultura…

Cuando hablamos de arte contemporáneo lo encontramos difícil de entender, ¿considera que el consumidor debe esforzarse?
El arte contemporáneo es difícil de entender porque pensamos que detrás hay algo que entender. Muchas veces deberíamos entender que no hay nada que entender. El arte contemporáneo no muerde ni pica, sino que hay que acercarse a él con más humildad.

¿Le ha afectado el confinamiento a su inspiración? ¿Cómo lo ha llevado?
A mí, parar tres meses me ha venido muy bien para poner las ideas en orden, para parar del estrés diario, comer en casa comida casera, disfrutar más tiempo con mi pareja… Muchas veces hace falta un poco de reflexión. Ha sido un tiempo para que todos reflexionemos.

DE CERCA…

Una meta que alcanzar:
Levantarme mañana por la mañana y volver al estudio.
Un recuerdo de la infancia:
Mi pueblo, Álora, y mis primos.
Una afición confesable:
Comer en buena compañía.
Un rincón preferido:
El sofá de mi casa.
¿Cómo se ve dentro de 10 años?
Con diez años más.

 

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