Carlos Pérez-Lanzac preside la Asociación de Viviendas Turísticas de Andalucía, entidad creada para defender los derechos de un sector que, solamente en 2019, tuvo un impacto de 1.200 millones de euros en nuestra provincia.
¿Cuál es el principal escollo legal con el que se suelen encontrar las viviendas de alquiler vacacional?
En Andalucía contamos con un decreto, que sale en 2016, que es el único de España que regula el alquiler por habitaciones. Si bien, este decreto obliga al titular de la vivienda a vivir en ella. Junto a esto, quizás el escollo que tiene un mayor impacto es que, ahora mismo, el titular de una licencia de VFT (Vivienda con fines turísticos) no puede tener más de dos viviendas de alquiler vacacional a su nombre en un radio de un kilómetro.
¿Cómo ve que haya propietarios que estén en contra de este tipo de viviendas?
Eso se ha promovido por algún interés. Con la normalización del sector estamos viendo que genera riqueza. En 2019, la vivienda turística tuvo un impacto de 1.200 millones de euros en Andalucía. Además, el 60% del gasto de este tipo de turista va al comercio convencional de la zona. Es un turista que está generando un impacto económico y una riqueza en el destino que nos beneficia a todos. De cara a la convivencia, hemos tenido contacto con las autoridades y no hay un volumen de quejas que sea escandaloso.
¿Cómo es la relación con el sector hotelero?
Creo que nosotros somos un elemento más de la oferta actual alojativa. Es fundamental que haya viviendas turísticas, ya que un 50% del turismo no vendría a Andalucía si no existen estas viviendas. Por tanto, la vivienda turística debe existir. En algunos municipios, damos más oferta o más capacidad alojativa que en los hoteles.
El sector turístico ha sido uno de los más afectados por la pandemia. ¿Cómo van a afrontar esta temporada?
Va a ser una temporada realmente dura. Para este verano, hemos visto que uno de los efectos del COVID-19 es que sí hay una búsqueda mayor de viviendas turísticas. El 60% de nuestra demanda son familias, y cerca de un 30% son parejas. Las familias ven una conveniencia en las viviendas turísticas, ya que ofrecen ese espacio seguro, controlable y que garantiza esa seguridad, privacidad y posibilidad de aislamiento.
La pandemia, ¿ha provocado la reconversión de las viviendas turísticas a viviendas de alquiler tradicional?
Efectivamente se ha producido una cierta migración. Identificamos tres perfiles que van a suceder: uno, la vivienda turística que se irá a la larga temporada. Esta gente saldrá del mercado y no volverá a entrar. Otros harán un efecto péndulo. Es decir, saldrá del mercado y cuando se recupere el tráfico turístico volverán a poner la vivienda como alquiler turístico. Luego están las viviendas más competitivas, más profesionalizadas. Estas van a seguir teniendo reservas y mantendrán buenas ocupaciones, dentro de las previsiones que tenemos.
En profundidad
Meta que alcanzar: lograr la supervivencia del sector.
Un lugar para descansar: Baeza.
Una afición confesable: la gastronomía y el vino.
Un recuerdo de la infancia: los paseos a caballo por los olivares de Jaén.
Un rincón preferido: una buena sombra en primavera en Andalucía
Cómo se ve dentro de diez años: viendo una Andalucía con uno de los mercados más competitivos de Europa de turismo residencial.
Entrevista publicada en la edición nº 72 de nuestra revista Vida Económica