La primera duda que surge cuando se habla de Inteligencia Artificial es la siguiente: ¿qué es y qué no es IA? La definición más básica es que es aquella inteligencia desarrollada por máquinas. En el ámbito económico, significa que acciones que antes tenía que desarrollar una persona pueden ser ejecutadas por herramientas automatizadas. “En algunos casos, incluso, la inteligencia artificial permite hacer cosas que antes no eran posibles”, explica José Esteban Lauzan, director de Innovación de Atos. “En otros casos, permite hacer cosas con un coste mucho menor”.
La implementación de tecnologías de IA en una empresa implica un ahorro en costes, tiempo, y una optimización de procesos. “Libera tiempo de las personas para que se dediquen a aquello que solo un ser humano puede hacer bien”, apunta Pérez. Los algoritmos, por ejemplo, superan a las personas en algunas tareas concretas y cerradas, pero se manejan peor en tareas amplias o con falta de información e incertidumbre.
En Vida Económica, hemos realizado un repaso a tecnologías y herramientas basadas en la inteligencia artificial que se pueden implementar o que ya se están empleando en distintas empresas de diferentes sectores.
Vigilancia automática
Los algoritmos de visión artificial permiten automatizar tareas de vigilancia mediante la detección de aglomeraciones de personas u objetos situados en zonas prohibidas o que presenten movimientos sospechosos.
Esta tecnología permite revisar una inmensa cantidad de vídeos e imágenes muy superior a lo que cualquier persona es capaz de hacer en un día. Este proceso permite liberar las tareas de vigilancia de una empresa y optimizar sus recursos de seguridad en otras parcelas de la empresa donde sea más prioritaria.
Perfil del consumidor
El progresivo desarrollo de la informática ha facilitado la creación de algoritmos de clasificación automática para averiguar qué perfil del consumidor está solicitando un servicio o un bien.
Las aplicaciones de esta tecnología en el marketing permiten optimizar las campañas publicitarias, y detectar y segmentar con mayor precisión el público objetivo deseado.
Servicios financieros
La inteligencia artificial aplicada a los servicios financieros es uno de los sectores de mayor crecimiento. Las fintech están generando nuevas herramientas día a día que han revolucionado el sector bancario tradicional.
La IA permite mejorar la experiencia de los clientes al facilitar un servicio omnicanal automático y en tiempo real. Reduce los costes al optimizar los procesos y automatizar las operaciones financieras. El mayor control de las acciones permite disminuir el fraude y garantizar la confianza y seguridad de los clientes en un sector tan sensible.
Lenguaje natural
El desarrollo de la inteligencia artificial siempre ha estado ligado a una mayor comprensión de las máquinas del lenguaje que utilizamos los seres humanos. El desarrollo de algoritmos de procesamiento del lenguaje natural facilita a la empresa conocer el tipo de información que están solicitando los clientes.
Saber si es una reclamación, una queja, una sugerencia entre otros automáticamente permite optimizar los procesos y departamentos de atención al cliente.
Robotización industrial
Probablemente, la actividad con mayor veteranía en la implementación de inteligencias artificiales. Los mayores beneficios de robotizar las empresas son la optimización de los procesos y productos manufacturados, la reducción del tiempo empleado en las operaciones y el consecuente aumento de los ingresos.
La robotización también permite comprobar y detectar productos que puedan fallar o que tengan errores en el diseño.
El transporte autónomo
La tendencia más futurista de las que recogemos en este reportaje. La progresiva transformación de los medios de transporte permitirá a las empresas en no demasiados años desplazar mercancías y personas sin necesidad de pilotos especializados: desde camiones y coches hasta aviones y barcos transoceánicos.