Olvídese de los tópicos. El primero, que la moda no es algo solo de mujeres. El segundo, que la moda va mucho más allá de una boda, un evento o una ocasión especial. El mero hecho de vestirse para ir al trabajo ya es moda y, como ocurre con todas las tendencias, los años también han pasado por encima de los uniformes y de las vestimentas relacionadas con el día a día en una oficina. Hablamos de las corbatas, de los trajes, de las faldas hasta la rodilla a juego con la americana… La versatilidad de las tecnologías, su capacidad para mimetizarse con el medio, han hecho que eso también se haya trasladado a la ropa. El aire conservador ya no denota elegancia, puede producir rechazo al intentar convivir en un mundo donde se valora lo sencillo, lo rápido, lo fácil… Y llevar corbata, en el caso de los hombres, y traje falda-chaqueta de rayas, en el caso de las mujeres, puede ser de todo menos versátil, sencillo y fácil de llevar.
Son muchas las empresas, principalmente multinacionales, que ya han implantado un nuevo código de vestimenta donde se intenta romper precisamente con ese código. Fuera las corbatas y los trajes, eso no está de moda. No se trata de ir a trabajar como si se fuera a hacer deporte, pero sí en utilizar ropa cómoda y elegante que conjugue mejor con los nuevos tiempos. Una de las empresas en implantarlo ha sido Coca-Cola, donde sus directivos han dejado en el fondo del armario los antiguos trajes para dar paso a chaquetas sin cuellos adaptados para corbatas y a zapatos de sport. El día a día trascurre rápido, así que uno debe ir cómodo para poder correr. No se confunda, los expertos apuntan a que un zapato desgastado y viejo da un aire de poca higiene. Las zapatillas se usan, es una tendencia más que implantada en Italia, pero debe cuidarlas porque son su imagen.
Asimismo, no se corte y saque el vaquero. No esos jeans rotos o que le quedan extremadamente anchos. Desempolve su vaquero convencional, combínelo con una buena camisa y una americana. El vaquero iguala a la sociedad y le hará sentir al de enfrente más cómodo.
El propio CEO de Facebook, Mark Zuckerberg se ha unido ya a esta moda y lo inmortalizó a través de una imagen de su armario donde solo se veían camisetas casual. Acompañó la instantánea con el siguiente texto: «Quiero hacer limpieza en mi vida para asegurarme de que tengo que tomar el menor número de decisiones y poderme centrar en esta comunidad».
La excepción que rompe la regla
Claro que es común seguir viendo uniformes en el trabajo. Que se haya roto con la tendencia de traje y corbata en una oficina no quiere decir que en restaurantes los camareros no lleven una camiseta, camisa e incluso calzado con el nombre del establecimiento. Ocurre lo mismo en las fábricas, donde los operarios siguen llevando monos de trabajo con el logo empresarial. En algunos aspectos laborales los uniformes siguen siendo útiles, reducen costes tanto al trabajador como a la empresa y son productivos, pero para todo norma hay una excepción.