La Cueva del Tesoro, en Rincón de la Victoria, es una de las tres únicas cuevas de origen marino que se conocen en el mundo. Las otras dos están en Asia y América Central (México). En este lugar y en tiempos remotos existían materiales silíceos depositados en una zona de sedimentación. A su vez, sobre estos se fueron sedimentando nuevas capas de cúmulos calizos. Esta combinación geológica comenzó a elevarse a causa de presiones subterráneas y, fruto de las corrientes marinas y el golpear de las olas, se constituyeron diversas oquedades y galerías que emergieron en los Cantales de la zona. De esta forma el mar constituyó galerías típicas de cuevas submarinas, con columnas y gargantas que son la base de la Cueva del Tesoro.
Inicialmente eran 3 cuevas: El Higuerón, El Suizo y La Victoria. Tras obras realizadas, la Cueva del Suizo (Sala del Lago) y la Cueva del Higuerón quedaron unidas en la actual Sala de la Virgen. A finales de los años 70, el tramo más prehistórico de esa unión se preservó pero hoy ya sí puede visitarse junto a la Cueva de la Victoria.
En un cómodo paseo por sus cavidades, puedes disfrutar de las curiosas formas que el agua ha dejado a través de milenios. Historia, arqueología y la leyenda se unen en la Cueva del Tesoro y quizás, con un poco de suerte, encuentres el famoso tesoro del siglo XII que, según dicen, los árabes escondieron dentro de la cueva y aún permanece dentro ella. ¿Te animas a intentar encontrarlo?