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Los transportistas, en la cuerda floja

La patronal ha llegado a un acuerdo con el Gobierno para desconvocar la huelga prevista para las fechas previas a la Navidad

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Urge un relevo generacional.

MARI CARMEN GALLEGO | Las consecuencias de la nueva crisis de falta de transportistas ya se venía notando. Escasean las materias primas, la falta de fluidez en la cadena logística, los microchips necesarios para la industria del automóvil corren la misma suerte, e incluso en los supermercados, bares y restaurantes están faltando determinados productos. En Andalucía, según Antonio Amarillo, presidente de la Federación Andaluza de Transportes (Fatrans), pueden faltar entre 9.000 y 10.000 conductores para transporte internacional y nacional. “No digo que falten ahora mismo, pero sí entre los camiones parados y los conductores que se van a jubilar en los próximos dos años, que hay que relevarlos”. Porque esa es una de las causas por las que faltan transportistas: las nuevas generaciones no quieren dedicarse a esta profesión.

Ser transportista no es atractivo. “Tenemos una media de edad de los conductores bastante elevada, y no parece que haya un relevo generacional”, señala Amarillo. Según el presidente de Fatrans, en el transporte local no existe este problema porque las condiciones son mejores: “todas las noches estás en tu casa”. “En el transporte nacional lo más que se puede conseguir es estar el viernes en casa, y si hablamos de internacional puedes estar fuera entre ocho y diez días. Y la gente joven no quiere eso”.

Si a la situación de estar días en carretera se le suma que los conductores no cuentan con unas infraestructuras adecuadas de descanso, la cosa se complica. De hecho, Amarillo afirma que no existen áreas de servicio ni parkings seguros en toda España: “Hay muy poco, con lo cual tienen que aparcar en sitios donde no hay duchas, no hay aseos en condiciones ni un parking vigilado”. Incluso, en muchas ocasiones, los transportistas tienen que descargar y volver a cargar los camiones ellos mismos.

“El conductor puede estar cuatro, cinco, seis o siete horas para descargar. Evidentemente ya se rompe la productividad, se rompe el que pueda volver a casa a tiempo el fin de semana o incluso esa noche”. Desde Fetrama, la Federación Empresarial de Transporte de Málaga, estaban trabajando para que se prohíba por ley que los conductores hagan este tipo de tareas. De hecho, este último inconveniente es uno de los acuerdos que la patronal transportista ha firmado con el Gobierno para desembocar la huelga que estaba prevista para los días previos a la Navidad. 

Se estima que faltan entre 9.000 y 10.000 conductores para transporte internacional y nacional.

Flujo de mercancías desajustado

“Estos problemas son comunes a nivel mundial ahora mismo”, afirma Amarillo. En Reino Unido incluso se han incrementado. Los conductores extranjeros contaban con permisos de trabajo al encontrarse en un país europeo. Al hacerse realidad el Brexit, las empresas han tenido que parar gran parte de su flota, lo que ha provocado que determinadas materias primas o productos no lleguen a España, o lleguen tarde.

“¿Qué pasa? Pues que al final el flujo de mercancías para un lado y para otro está desajustado. Por ejemplo, tenemos muchas cargas de salida para exportación, y en cambio no hay importación porque no hay materias primas”, explica Amarillo. “Todo eso provoca un desajuste que si yo como transportista lo que tengo que procurar es, si voy a Francia, descargar y volver a cargar, pues me encuentro con que voy a Francia y no tengo nada que traer. O al revés, tengo cargas en Francia y no tengo cómo subir”.

Para hacer frente a esta crisis, una de las soluciones que propone Fatrans es que se contraten transportistas de países como Colombia, Argentina, Chile o Uruguay, donde hay suficiente mano de obra. “Hay muchos conductores que quieren venir a España, pero no nos dan la autoridad para darles permisos de trabajo”, se lamenta Amarillo. “Estamos intentado que permitan ampliar el cupo de traer conductores de fuera”.

“Otra parte sería procurar que los jóvenes se inserten en este mundo, hacérselo atractivo”, señala Amarillo. “Es un trabajo muy sacrificado, pero también es cierto que el salario es bueno comparado con lo que pueden ganar hoy en cualquier transporte local o incluso en otros trabajos, como en la construcción o la hostelería”. Para tratar de vender el empleo de transportista “las organizaciones e incluso muchas empresas estamos facilitando la obtención de los carnet […]. Estamos becándolos en hasta un 100% para que se saquen el carnet y se incorporen a este mundo”.

La conducción autónoma, ¿otra posible solución?

“Bueno, empiezan a hacerse pruebas. En Estados Unidos, ya hay un camión que ha recorrido 1.500 kilómetros en conducción autónoma. Pero hacen falta infraestructuras, falta seguridad, mucho desarrollo”, reflexiona Amarillo. “Ahora están hablando de que en tres o cuatro años podría estar esto desarrollado. Y efectivamente, todas las marcas de camiones están trabajando la conducción autónoma”. Aún así, el presidente de Fatrans no lo ve del todo claro: “Yo no me imagino todavía todos los camiones, furgonetas, taxis sin conductores. Puede que sea el futuro y creo que algo habrá, sobre todo en determinadas rutas de autovías o autopistas, pero todavía nos quedan años para que esté en marcha”.

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