La digitalización es un fenómeno que se ha extendido a pasos agigantados en los últimos años, acentuándose aún más su crecimiento desde la pandemia, que ha puesto de manifiesto la necesidad de poder operar eficazmente de manera digital.
En el campo de la abogacía, vemos como los despachos que han integrado un servidor para almacenar sus archivos, al que poder acceder desde cualquier dispositivo; luego se han visto claramente recompensados cuando han comprobado que estaban preparados desde el primer minuto para continuar con sus labores dentro de la mayor normalidad posible cuando la pandemia nos atizó.
Y realmente, con la tecnología, la imaginación es el límite. ¿Una pasarela de pago en tu página web para cuando un cliente quiera concertar una cita para una consulta? ¿Que esa cita se sincronice con el calendario del abogado encargado de la reunión? ¿Que la documentación que nos envíe un cliente se descargue automáticamente en la carpeta que tenga asignada? Todo ello, y más.
Pero no sólo hay que apostar por una mejora de nuestras herramientas de trabajo, sino también de los servicios que ofrecemos. Y hoy día, es imperdonable que un despacho de abogados no tenga presencia en internet, y no querer verlo es condenarse a desapercibidos para una sociedad que busca poder contactar con un despacho de abogados de manera instantánea a través de su smartphone.
Por último, hay que recordar que lo nuevo y moderno, no significa necesariamente que sea mejor. Es crucial concretar qué áreas se quieren potenciar y mejorar, para lograr una mejor optimización de vuestros recursos, y adaptarse a esta actualidad que está en constante cambio. Y precisamente en el constante cambio de la sociedad se encuentra la más importante de las claves: no quedarse atrás y estar en continua adaptación a las nuevas oportunidades que puedan surgir.
Álvaro Hjalmar de la Guardia Westerdahl
Abogado. Méndez Padilla Abogados & Asociados