SAMUEL RUIZ | Zygmunt Bauman escribía en la década de los 90 sobre la sociedad líquida. Esa que por estar en continuo movimiento debe estar en constante adaptación. “Estigmatizamos a las personas que fracasan”, advertía el director de Andalucía Management, Francisco Cabrera, en la presentación del evento empresarial andaluz. “Y las cicatrices no son más que marcas de supervivencia”, le seguía la divulgadora científica, Silvia Leal. ¿Y ahora qué? Se pregunta en AM en su duodécima edición. Ahora, una sociedad más volátil, incierta, ambigua y compleja. ¿Será que vamos camino a la sociedad gaseosa?
Lo que sí se sabe es que la sociedad está ante su problema más ancestral: descifrar el uso de las herramientas. No eran tan malos los libros que devoró Don Quijote, sino el uso que el que fantaseó con ser caballero hizo de las novelas que caían sobre su mesita de noche. ¿Es obligatorio digitalizarse? “No. Es importante, pero todavía más un plan de empresa claro”, insiste Leal ante el auditorio del Palacio de Ferias y Congresos de Málaga que aglutina este jueves a medio millar de empresarios andaluces y del resto de España.
“Nadie sabe”, insiste también el economista Juan Ramón Rallo. “No estamos adaptados para producir lo que están demandando en este momento”, tiene la certeza. A la crisis del coronavirus se le ha unido la crisis de abastecimientos. La tasa de inflación (IPC), el coste de la energía y la escasez de materias primas son algunas de las variables en pico ascendente. “¿Cuánto tardará en trasladar los empresarios toda esta inflación a los costes?”, se pregunta Rallo. De momento, está concentrada en pocos sectores: “La oleada inflacionista todavía no ha llegado por ejemplo al Alimentario”.
¿Aprendemos? Rallo es escéptico. Entres sus escenarios futuros está la posibilidad de que “los Gobiernos no tomen medidas para frenar la inflación”. Tiene dos más: que los cuellos de botella en los próximos meses se normalice o que se extiendan en el tiempo. En cualquier caso, confía en que podamos experimentar incluso un periodo de deflación. ¿Y esto a quién beneficia? “Básicamente perjudica menos a aquellos que se puedan adaptar mejor a la inflación”. Es decir, las rentas altas, aquellas que poseen activos reales que se revalorizan frente a este fenómeno y no, por ejemplo, las rentas fijas. Igual en pasivos, ingresos y gastos.
Y como lo económico es político, todo tiene sus implicaciones gubernamentales. “Estamos cerca del control de precios y eso sería cargarse la economía”, considera Rallo. “Si los pobres se ve golpada por una inflación que la está empobreciendo, esa masa de población tenderá a votar a candidatos que prometan acabar con la inflación”, reflexiona desde la lógica. Atentos están los del marketing político. Engañar al cerebro. Eso que la tecnología puede dominar en la sociedad del futuro. La gaseosa en la que cada vez es más difícil generar emociones inolvidables. ¿Y ahora qué? “Incertidumbre, pero no es nada descartable que vayamos hacia un parón económico”, sentencia Rallo.
Ponentes de la edición de 2021
Silvia Leal: divulgadora científica y experta internacional en tendencias de futuro y tecnología.
Juan Ramón Rallo: economista.
Socorro Fernández: consejera independiente y presidente ejecutiva de OFG Telecomunicaciones.
Josep Piqué: economista, empresario y exministro.
Jordi Sevilla: senior advisor y director del Área Contexto Económico de Llorente y Cuenca. Consultor. Exministro.
Antonio Vázquez: expresidente de International Airlines Group.
Jorge Luengo: mentalista y mago.