Lograr una estabilidad laboral es clave para que las personas más vulnerables alcancen una verdadera inclusión social. La Asociación Arrabal-AID la fundaron en 1992 un grupo de jóvenes recién salidos de la universidad que se dieron cuenta de la necesidad de trabajar el empleo. “Si no se tiene en cuenta la incorporación laboral es más difícil la integración de personas vulnerables […]: personas que vienen de la cárcel, personas sin hogar, mujeres víctimas de violencia de género, personas inmigrantes”, explican desde la asociación.
Pero no solo trabajan con la vulnerabilidad o con la exclusión social. A Arrabal-AID llegan desempleados de todo tipo en busca de sus servicios, incluso estudiantes universitarios que demandan orientación laboral. Sin embargo, sí es verdad que la asociación está más centrada en las personas en riesgo de exclusión. De hecho, cuenta con programas específicos para ellas: “se trabaja el tema de autonomía personal, de imagen… Otros aspectos para la vida que tienen que manejar”.
Con el tiempo, la asociación ha ido creciendo, tanto en personal como en las actividades que desarrolla. Ahora cuenta con un equipo de más de 60 profesionales, otra sede en Chiclana desde 2010 y no solo favorece la inserción laboral, también el emprendimiento, la formación en varias áreas (como los idiomas o el mundo digital) o la atención a menores, familias y a la población reclusa.
Empleo y emprendimiento, sus dos ejes fundamentales
Son las líneas de trabajo en las que Arrabal-AID tiene una mayor experiencia. Una de las vías que ofrece para conseguir un empleo es su empresa de inserción. Funciona como una Sociedad Limitada, pero con la particularidad de que la mayoría de las personas que tenga contratadas deben ser personas en riesgo de exclusión social. Estas pueden mantenerse en la empresa un máximo de tres años, ya que funciona como una compañía “de transición”: “un poco para que personas que no están preparadas todavía para trabajar en una empresa normalizada cojan sus hábitos, cojan un ritmo”.
Uno de los proyectos que desde 2019 lleva a cabo esta empresa de inserción es el programa HiloDoble. Personas en exclusión social fabrican complementos textiles, como bolsos, monederos o riñoneras, con lonas publicitarias ya usadas. “Nosotros decimos que es como una doble oportunidad: a las personas que los fabrican y a los propios materiales”. Las empresas que donan las telas pueden vender estos complementos a modo de merchandising, o se pueden comprar en la propia página web de HiloDoble.
El emprendimiento también lo han trabajado en Arrabal-AID desde sus inicios. Igualmente, lo enfocan en fomentar el autoempleo y prestar una mayor ayuda y atención a las personas vulnerables que quieran emprender. A lo largo de septiembre estrenan tres nuevas acciones formativas dentro de la iniciativa “Rumbo al Cambio”: el autoempleo en el sector ganadero caprino; el impulso de un negocio en el entorno digital, y la búsqueda de nuevos mercados y oportunidades en los municipios de El Borge, Benamargosa, Almáchar y Cútar.
Para poder acceder a los servicios de Arrabal-AID solo hay que ponerse en contacto con ellos en su página web o en el teléfono 952 300 500.
Aunque Arrabal-AID está enfocada en ayudar en el ámbito laboral, también ofrece otro tipo de servicios. Por ejemplo, psicología, logopedia o campamentos de verano de ocio inclusivo para menores. La igualdad es otro de los sectores que maneja. De hecho, se encarga de dinamizar el Consejo Sectorial de las Mujeres del Área de Igualdad del Ayuntamiento.
Lo más reciente es que también ha comenzado a dinamizar el I Plan de Innovación Social del Ayuntamiento de Málaga, creado para detectar los retos que se tengan pendientes como ciudad y tratar de alcanzarlos.
Los datos en 2020:
542 emprendedores atendidos
79 inserciones laborales
187 acciones de apoyo a nuevos negocios
17 empresas en El Carmen Hub, el espacio de coworking que gestiona Arrabal en el Centro Ciudadano Mercado del Carmen