La mayoría de edad. Esa que siempre ha sido añorada por todo adolescente. Cuando se encienden los motores para iniciar el despegue. Todo, hasta que nos cruzamos con la realidad. Un pequeño paso que a menudo exige un periodo de transición. Como en el que se encuentra ahora el Museo Picasso de Málaga, dispuesto a que la mayoría de edad, acaba de celebrar su 17 cumpleaños, no le pille por sorpresa. «La digitalización es una cosa que comenzamos a reflexionar en 2019», explica su director de arte, José Lebrero. Él mismo asegura que 2020 está siendo el año más raro de la década que lleva al frente el museo. Y se muestra escéptico. Dice que Málaga tendrá que reconstruir su identidad como ciudad de los museos después de la crisis sanitaria. ¿Cuándo? Aboga por volver a charlar en unos años. De momento…
¿Cómo ha afectado la crisis sanitaria al Museo Picasso?
Diría que el museo se encontraba en el mes de febrero en un momento dulce. El año pasado alcanzamos la cifra de casi 770.000 visitantes, que son más de el número de personas que vivimos en Málaga. La atención en los medios de comunicación, la reputación, el número de visitantes… todo iba en incremento. Estábamos haciendo exposiciones y proyectos expositivos complejos, difíciles de hacer y de alta calidad y llegó un día en marzo que tuvimos que cerrar las puertas del museo. Aquel día yo creo que si alguien había en nuestro país que sabía cómo íbamos a estar hoy… eran visionarios. Lo cierto es que el cierre del museo fue algo inesperado que nos obligó a toda velocidad a intentar sacar recursos digitales y, en nuestro caso, recursos digitales de unos fondos que no eran muchos. Gracias al trabajo del departamento de prensa, de educación y de arte pudimos mantenernos por lo menos vivos en el sentido de estar digitalmente conectados con la sociedad.
¿Y cómo fue la apertura?
La apertura del Museo Picasso fue muy pronto. Fue en coordinación con los demás museos de la ciudad, que fue la primera en España en abrir sus museos. Lo hicimos en mayo con la esperanza de que el verano fuera un tiempo de luz y de mayor afluencia de visitantes, pero no fue así y hoy mismo podemos decir que estamos sobreviviendo. Presentamos la nueva colección, que fue montada y organizada en plena pandemia, pero a día de hoy tenemos el 20% aproximadamente de visitantes con respecto al año pasado. Nuestros ingresos, como muchos otros museos, se han visto muy recudíos por el hecho al autofináncienos en un 50%. Por ello, hemos tenido que cancelar proyectos. La parte buena es que nos estamos planteando alternativas, otras formas de hacer, sostenibilidad del modelo, etc. etc. Ahora, creo que nuestro objetivo es mantenernos activos, pero cambiar los procesos y reducir la actividad.
Habla de digitalización, ¿cómo ha recibido el público este formato?
La digitalización de los museos se dice deprisa, pero es algo complicado. Nosotros teníamos y tenemos recursos, pero no era nuestra prioridad en la actividad del museo. Ha habido una buena recepción, pero no ha sido una recepción espectacular como la han podido tener otras instituciones más grandes y más preparadas que han invertido más en esta versión a distancia, no presencial, del museo. Sí que es verdad que ya veníamos de una reflexión, sobre todo del año 2019, que nos llevaba a la necesidad de cambiar la página web… de replantear el negocio incluso. De hecho, una parte significativa del personal estamos en un proceso de aprendizaje intenso referido a todas estas cuestiones. Los resultados de ese deseo y de esta necesidad se verán más adelante.
¿Cuáles son las medidas se seguridad del museo?
En realidad, se han tomado las que son las tres medidas habituales. Lo que parecía un mundo al principio y nada fácil, es decir, planificar una reapertura, crear un nuevo modelo de señalética y cumplimentar de un modo rigurosos las medidas con el museo cerrado y con el personal en teletrabajo es algo que hoy lo tenemos asumido como tantas otras instituciones. Eso hay que mantenerlo porque creemos que es muy importante porque los espacios de la cultura como este deben transmitir seguridad, tranquilidad y confort a las personas porque puede contribuir a que se pierda el miedo a salir. Por eso seguimos las medidas con rigor y desde un modo estricto. Al final, decía, las medidas tienen que ver con mantener los espacios ventilados, regenerar el aire, las mascarillas, distancia social, aforos recurridos, etc.
¿Cómo ve el futuro y el presente inmediato del Museo Picasso de Málaga?
Hemos convertido una parte del museo, lo que llamamos «la otra parte del museo», para trabajar más con el público local, con las asociaciones y con los colegios. En esa parte queremos fomentar más los talleres y encuentros. Además, queremos preparar esa parte digital de la que hemos hablado haciendo proyectos específicos para ser experimentados, vividos o contemplados desde lejos a través de la web que estamos cambiando e intentado articular un programa para 2021 en unas condiciones económicas, sanitarias y sociales que están plagadas de incertidumbre.
«La cultura ha demostrado este año una vez más que nutre, que ayuda y que es necesaria para que continuemos siendo una sociedad sofisticada y democrática.»
El Picasso celebra 17 años, ¿qué evaluación hace de su trayectoria?
Afortunadamente estos días hemos tenido mucha presencia de los medios de comunicación, lo que quiere decir que Pablo Picasso sigue interesando y que el Museo Picasso Málaga está ahí y está en una ciudad que se ha ganado una reputación en los años pasados como «ciudad de los museos», pero que ahora tiene que volver a ganársela o tiene que reconstruirla. No sabemos lo que va a durar este intervalo que estamos viviendo. Entonces, por una parte esa atención mediática es un indicador de que estamos haciendo el trabajo más o menos bien. El mismo día del aniversario [martes 27 de octubre], tuvimos la alegría de que nos visitaron casi 600 personas, cosa que en estos días no es común porque es algo que el año pasado era una cifra relativamente pequeña para un día. Que vinieran esa cantidad de personas y la mayoría de ellas malagueñas también nos indica que si trabajamos más, cuidamos más y ofrecemos programas adecuados a las necesidades de ocio y de cultura local pues vamos a tener futuro. Mañana mismo vamos a iniciar un curso online con la Fundación General de la Universidad de Málaga para hablar de arte moderno en seis sesiones y ya tenemos más de 100 inscritos. En definitiva, estamos probando otras formas de ser museo en una fase de transición y de evaluación. También estamos preparando la exposición de Miquel Barceló que inauguraremos en enero si todo va bien y cuidando nuestra colección. Se trata de que el museo siga siendo lo que es, pero sea más cosas. De que ese otro museo cobre más protagonismo, más espacio.
En lo personal, cumple una década como director de arte del museo…
Sí, he tenido la suerte de celebrar el décimo aniversario, el decimoquinto y ahora estamos ya pensando en el 2023 que son los 20 años del museo. Es un privilegio poder recordar cómo era este museo hace diez años. Echando la vista atrás y viendo los resultados se han hecho muchas cosas. Los datos lo demuestran. Y ahora me encuentro en lo que es quizás el año más raro de mi vida profesional porque es un año con muchas preguntas, con muchos altibajos, un año muy difícil, pero dentro del fracaso hay que sacar las virtudes. Creo que el reto es muy interesante: ver cómo profesionalmente se puede responder. Poco a poco voy viendo estrategias, formas, maneras… se puede lo que pasa que requiere un cambio de mentalidad. No es fácil, pero se puede porque la cultura ha demostrado este año una vez más que nutre, que ayuda y que es necesaria para que continuemos siendo una sociedad sofisticada, que puede sacar adelante un juicio crítico y una sociedad en la que la democracia es un bien a cuidar.
Entonces, ¿Málaga se consolida como la ciudad de los museos?
Es una gran pregunta, pero habrá que esperar un poco. Habrá que ver qué capacidad tenemos para reaccionar de un modo audaz, constructivo, imaginativo y sostenible a la situación que vivimos porque sobre todo ahora hay una gran duda: no sabemos lo que va a durar esto. Entonces, esta pregunta que me plantea creo que nos tendríamos que convocar dentro de un tiempo y ver si tenemos respuestas de peso. Hablar ahora es muy fácil, pero lo que toca en estos momentos es trabajar.