Javier González de Lara, presidente de la CEM y CEA.
Hace casi nueve años, en esta misma publicación, usted pintaba de tono gris el panorama de entonces, ¿Ve tonos más cálidos en la realidad actual?
Yo creo que son tonos más de amanecer. Usando esa metáfora estamos en fase por fin no de ocaso, en fase de crecimiento, de amanecer donde aún no se ha consolidado porque hay algunos nubarrones, pero estamos convencidos de que va a salir el sol en breve. Hemos crecido al 3% estos años que es una cifra muy respetable. Hay que ser positivista respecto al escenario al que nos enfrentamos en los próximos tiempos.
El mes pasado fue reelegido presidente de los empresarios andaluces, ¿Tan bien lo ha hecho que no ha habido candidatura alternativa?
Ha sido sobre todo una enorme satisfacción y orgullo contar con el respaldo unánime de la Asamblea General. Más que hacerlo bien, es la dedicación, el esfuerzo, el trabajo, la constancia, la tenacidad que mi equipo y yo mismo le hemos puesto en estos cuatro años, y la verdad es que ha dado buenos resultados. Hay que decirlo con humildad, pero qué duda cabe que recogimos el testigo de una organización con muchísimas dificultades económicas, reputacionales, y hoy en día es otra.
Javier González de Lara
¿Qué parte del camino se ha recorrido del proyecto que inició en Andalucía hace cuatro años?
Es difícil contestar. Pero yo que creo que hemos recorrido dos tercios del camino, es decir, nos queda un tercio final importante que hay que consolidar en base a unos principios de transparencia, participación y gestión eficiente, que tiene que llevar a tres grandes elementos nucleares que son la unidad, la lealtad y el rigor. Sin unidad no puedes avanzar. Es una enorme satisfacción mantener una organización tan grande y tan heterogénea unida como cualquier peña, cofradía o hermandad. La lealtad, que es muy difícil, porque nosotros representamos a empresas que se hacen la competencia y entonces tener criterios de lealtad entre competidores es muy difícil. Y no sólo lo estamos haciendo con competidores, sino con las distintas formas jurídicas o societarias, y todo el mundo tiene que sentarse en una mesa, pero está viendo que su competidor que está al lado le está yendo regular, bien o mal. Y por último se podrá estar o no de acuerdo con lo que decimos, pero lo que decimos normalmente es riguroso, y es serio. Hay que avanzar para que esos 2/3 de camino recorrido se terminen del culminar en los próximos años definitivamente.
Es importante hablar de algo que para nosotros es la principal infraestructura de todas, que es el diálogo social, que construye también la paz social. Y CEM ha ayudado a construir paz social.
Por el conocimiento de la realidad empresarial que tiene, ¿hay distintas ‘Andalucías’ dentro de la comunidad o es, empresarialmente hablando, una tierra cohesionada?
Andalucía es casi tan grande como Portugal. Es un país que es mucho más país que otros que se creen serlo, y sin embargo no tenemos esa visión desintegradora. Pero eso significa que entre un onubense y un almeriense hay una realidad de 600 kilómetros. Esa heterogeneidad nos hace interesantes y atractivos pero también tiene su desequilibrio. Creo que todavía hay ciertas zonas, sobre todo de Andalucía oriental que necesitan mayor desarrollo y sobre todo un impulso de infraestructuras. Y también dotar de espacios atractivos para la inversión.
¿Es tan fluido el trato con la Administración Pública como parece?
Por supuesto que es fluido pero no deja de ser tenso también. Tenemos mucha disparidad de criterios. La Administración tiene un afán permanente de legislar a todas luces de forma excesiva. Sí hacemos una labor muy intensa en el Parlamento, no sólo en la Junta de Andalucía, sino también con las distintas formas políticas para que comprendan las necesidades de las empresas. Nosotros, como organización, necesitamos ofrecerle herramientas a nuestros asociados, por lo que es mejor no tener una normativa radicalmente opuesta a los intereses empresariales. (Con la Administración) tienes que tener una interlocución muy fluida y muy potente para que te hagan caso o por lo menos que te escuchen. Te hablaría de infinidad de normas que en los últimos tiempos ha habido que negociarlas una por una. CEA permanentemente informa en todo su recorrido desde que es anteproyecto de ley, proyecto, cuando pasa a Comité Consultivo, al Consejo Económico Social. Hacemos un seguimiento absoluto, el desgaste es enorme y el esfuerzo inmenso para poder aportar, porque prácticamente cualquier normativa afecta a la actividad empresarial.
Hablemos de Málaga. La CEM ha cumplido sus primeros 40 años, ¿cuál es la principal aportación de la Confederación de Empresarios en estas cuatro décadas?
Yo creo que hemos aportado criterio y hemos sido una organización tremendamente constructiva. No hemos rehuido jamás a ningún debate socioeconómico de relevancia,
Javier González de Lara
hemos estado en todos los proyectos empresariales que son importantes. Y sobre todo hemos intentado desbloquear en determinadas circunstancias conflictos que han surgido. Ahí es importante hablar de algo que para nosotros es la principal infraestructura de todas, que es el diálogo social, que construye también la paz social. Cuando alguien va a hacer una inversión en un territorio normalmente se pregunta cómo está de seguridad jurídica, si hay excesiva regulación. Pero sobre todo lo que se le pregunta a ese equipo de expertos que hacen la evaluación del riesgo de la inversión, es la paz social. Y CEM ha ayudado a construir paz social. Es curioso, nadie se da cuenta de ese factor, pero es así. Hay que reconocerlo. Hay menos huelgas en el sector privado en los últimos 20 o 25 años a pesar de la crisis incluso, que en el propio sector público. Lo cual significa que con nuestros errores y con nuestros aciertos, hemos logrado mantener la voluntad de solucionar conflictos.
El Diálogo Social es básicamente ceder todos un poco para conseguir un objetivo común…
Correcto. Lo has definido perfectamente. Se trata de regular las relaciones laborales perfectamente a través de la negociación colectiva. Nosotros negociamos en Andalucía cerca de 800 convenios colectivos, en Málaga en más de un centenar anuales, de revisiones salariales, tablas salariales, revisiones de convenios… Estamos en una diligencia permanente para ayudar a aquellas mesas que se atascan. Lo más importante es que hemos logrado cumplir lo que firmamos y eso, como tú bien has dicho, es sentarnos para ceder, para otorgar a la otra parte una legitimidad y sobre todo para consolidar que el acuerdo es fuerza de Ley. Porque un convenio colectivo tiene rango de ley.
¿Qué imagen le gustaría que el empresario de la pyme malagueña percibiera de la CEM?
La imagen debe ser de una organización útil que representa sus intereses de una manera honesta y sobre todo con una enorme utilidad social. Sé que eso en ocasiones les cuesta a muchas empresas comprenderlo porque tienen la gestión de sus intereses particulares, pero tenemos que trascender en muchas ocasiones y de esa paz social al final nos beneficiamos todos. Las organizaciones hemos contribuido mucho a cambiar esa imagen distorsionada casi decimonónica del empresario. Hay una frase que a mí me apasiona, del inventor de la relatividad, de Einstein, que decía que hay algo más difícil que desintegrar un átomo, que es desintegrar un prejuicio. Y es que los prejuicios de la gente son enormes, y todavía nos encontramos ante fuerzas políticas y sociales que tienen prejuicios ante los empresarios. A mí me sorprende que en mi ámbito de CEM o CEA en el que le tiendo la mano a todo el mundo, de cara a tener buenas relaciones y que nos conozcan, y a veces recibes el silencio por respuesta, porque no hay interés de conocer la realidad empresarial.
Teresa Rodríguez, por ejemplo…
Por más que he intentado tener una reunión con ella para hablar cara a cara y con claridad para ver qué hacemos y cómo podemos colaborar, pues la agenda no se lo ha permitido, quizás porque está muy ocupada, o el mundo de la empresa no le interesa. Sin embargo, con el resto de las entidades políticas, la atención ha sido máxima, están en el mundo de cómo el desarrollo socioeconómico es vital. Nuestra obligación es transmitir valores y transmitir una visión moral de la sociedad, y estoy muy comprometido con ese objetivo.
Javier González de Lara
Dígame un sector en el que Andalucía o Málaga hayan despuntado en los últimos años.
Te voy a hacer una reflexión de Málaga pero que es extrapolable a Andalucía. Creo que el sector agroalimentario ha sido el gran milagro económico de Andalucía y de Málaga en los años de crisis. Era un sector atomizado y deprimido y la propia crisis le ha empujado a uniones, a clústeres, a alianzas, a búsquedas de inversión, a los tamaños… y sobre todo a un proceso de innovación y de internacionalización. Respecto a otros sectores, pues te diría que, a nivel de Málaga, casi todos han funcionado bastante bien. Cuando hay una crisis rápidamente vienen voces pseudo-autorizadas y te dicen que hay monocultivos, que hay que cambiar el tejido productivo, y se creen que el tejido productivo se puede modificar en la novena planta de un ministerio.
Entre un onubense y un almeriense hay una realidad de seiscientos kilómetros. Andalucía es mucho más país que otros que se creen serlo, y sin embargo no tenemos esa visión integradora.
¿Es realmente competitiva la empresa de Málaga o la empresa andaluza?
Sí, somos competitivos, pero tenemos que afrontar tres grandes retos: Tenemos que seguir siendo más innovadores aunque se ha avanzado mucho. Por otro lado, dentro de 5 años quien no se haya digitalizado en cualquier sector o industria a la que pertenezca tiene un riesgo de desaparecer enorme. Y por último, la internacionalización. Para eso no hay que abrir delegaciones fuera, simplemente hay que tener plataformas internas para el comercio electrónico, para un sistema de gestión online suficientemente sólido.
Aún es escaso el protagonismo femenino en la empresa, ¿cómo puede incentivarse una mayor participación de la mujer en los puestos de decisión?
Te diré que las empresas las constituyen hombres y mujeres por igual. No existe, por regla general, salvo excepciones, discriminación. Pero se confunde la discriminación con la desigualdad laboral. Tú en un convenio colectivo no puedes discriminar a nadie por el hecho de su sexo, sería ir contra el artículo 14 de la constitución. Otra cosa es la categoría que ocupe en la empresa, aunque también hay que entrar en ciertas valoraciones, que son la antigüedad, la jornada, la propia voluntad de la trabajadora, que en muchas ocasiones quiera reducida esa jornada,.. En ese montante global sumas las masas salariales y siempre hay un desequilibrio.
Quiero llegar a que reconociendo la desigualdad laboral, que no permite que haya más mujeres en puestos de alta responsabilidad, no limitemos esta cuestión al mundo de la empresa, es un problema social. La mujer va a tener muchísimas dificultades para acceder a puestos directivos si no se aborda como auténtico pacto de estado la conciliación laboral y la racionalización de horario.
Otro aspecto de gran calado social, y creo que va a estar conmigo es que uno de los mayores indicadores de la realidad económica de un territorio, es la tasa de desempleo ¿Qué medidas se pueden proponer a las Administraciones competentes o a los empresarios para eliminar esta lacra social?
En los últimos años se ha logrado bastante, hemos conseguido reducir 10 puntos porcentuales el desempleo. Pero dicho esto, que es insuficiente, hay que hacer mucho más. Ahora mismo todo el mundo habla del pacto de Toledo, de la sostenibilidad de las pensiones. Y ¿quién le ha dicho a usted que las pensiones se tienen que sustentar solo con las cotizaciones sociales?, ¿por qué la viudedad, orfandad, o determinadas incapacidades tienen que entrar en la bolsa de la seguridad social?, ¿por qué no entrar en impuestos de otra naturaleza? Tenemos un impuesto sobre el empleo que en ocasiones duplica, y hasta triplica según el país de la UE las cotizaciones sociales, entonces estamos ahora mismo penalizando mucho la creación de empleo.
Analicemos que se puede hacer para incentivar la contratación en base a cotizaciones sociales más blandas, no digo que las eliminemos ni mucho menos, pero no podemos seguir con estas cotizaciones sociales que rondan el 40% de la masa bruta salarial. El segundo gran elemento sería la política activa de empleo y la cualificación de los trabajadores. Se está creciendo ahora mismo a un 3% en nuestro PIB y tenemos un hándicap en los últimos tiempos que es la cualificación. Por otra parte, debería haber unos incentivos a la conversión de contrato. Haga usted un proceso de conversión en contratos temporales en indefinidos para toda la vida y bájele 5 puntos, yo le garantizo usted que se convierte un millón de contratos en indefinidos. Tenemos también muchos sectores que están muy condicionados por la temporalidad como son el agroalimentario, el agrícola, el turístico, todo está condicionado, pero seamos capaces de buscar fórmulas.
¿No cree que la política tiene demasiado peso y protagonismo en el día a día de una región?
Estoy de acuerdo contigo, creo que somos un país de una herencia estatista. Hay mucha dependencia de que el Estado resuelva todos los problemas, que el Estado me subsidie… Hemos generado un estado de bienestar, en mi opinión necesario, estamos a favor de que haya un sistema que genere igualdad de oportunidades para los ciudadanos y somos los primeros en defender este modelo de igualdad con un buen sistema educativo y de sanidad. A partir de ahí el sector público tiene que dar un paso atrás. Los propios medios de comunicación le damos muchos titulares a los políticos ¿Y por qué no da usted más relevancia a la sociedad civil y a la empresa que es la que genera empleo y actividad económica? Y siempre estamos con la relevancia de que las autoridades son las que son los políticos tienen que gobernarnos y que dirigirnos.
En este sentido los empresarios lo único que pedimos es que nos dejen trabajar y que nos creen los marcos adecuados para que podamos funcionar con normalidad, con unidad de mercado y con libre competencia, que parece básico, pero cuesta mucho trabajo.
Elección por aclamación
Pocas veces suele ocurrir en cualquier elección de representantes. En la confederacióin de Empresarios de Andalucía, ninguna.
La aclamación, por más que nos suene a antiguos generales victoriosos tras la batalla, es en realidad un impulso unánime al trabajo” riguroso, transparente y participativo” que González de Lara y su equipo llevan a cabo en esta organización de la que recogían el testigo en 2014 con “muchísimas dificultades económicas y reputacionales”.