La norma aporta mayor flexibilidad y fortalecimiento de la actividad emprendedora, introduciendo además medidas que fomentan mayores ayudas económicas y menos trabas burocráticas en la gestión del autoempleo.
Cabe destacar, como principales medidas, las que buscan reducir las cotizaciones a la Seguridad Social permitiendo al trabajador autónomo disponer de una mayor liquidez, así como las que permiten una mejora en la conciliación de la vida laboral y familiar al reducir cotizaciones, tanto en los casos de maternidad y paternidad, como en las situaciones de inactividad por cuidado de menores o familiares dependientes.
Las medidas fiscales novedosas para el colectivo, por su parte, son las que permiten la deducción de gastos de suministros (cuando se trabaje desde el domicilio particular) y de comida.
Estas medidas publicadas dan respuesta a parte de las demandas históricas del colectivo de trabajadores autónomos, relativas a la necesidad de un marco normativo que facilite el comienzo de una actividad profesional.
Por su parte, las críticas a la nueva regulación se centran principalmente en la falta de equiparación de las pensiones mínimas con respecto al régimen general, además de una mejora en la regulación de la prestación por cese de actividad.
Es ahora nuestra responsabilidad, como profesionales del ámbito laboral, la de estar actualizados y permeables a todos estos cambios normativos para transmitir y ayudar a que este colectivo de trabajadores/empresarios autónomos, tan representativo en nuestro país, sienta las bondades de estas mejoras en su día a día.
Mercedes Soriano Ius Laboral