Lácteos Argudo todavía no ha alcanzado su décimo aniversario desde que abrió en Campillos, pero ya ha sido capaz de fabricar 240 toneladas de queso en tan solo un año. El hito lo consiguió en 2018, poco antes de la pandemia y tan solo cuatro años después de aterrizar en Campillos.
«No vendemos un queso tradicional de Málaga, sino que escuchamos la demanda de nuestros clientes en el exterior», cuenta el director de la fábrica, Pere Argudo. Los alpes italianos y franceses son los destinos principales. Hacia estos países europeos, con Dinamarca y Suecia como otros puntos de distribución minoritarios, viaja en torno al 80% de su producción.
La tradición se remonta a otra cadena montañosa: los Pirineos. A sus faldas, en concreto en la comarca de Garrocha, Argudo comenzó a trabajar como ganadero en su veintena. Ahora, bien pasados los 60, recuerda cómo su queso Garrotxa se ha reconvertido en Málaga en el Gris Montaña, de pasta semiblanda y corteza «con moho autóctono por el microclima especial».
La cifra de negocio del mercado exterior de Lácteos Argudo representa en torno al 80% de la facturación total
Se refiere al de Ardales, donde desde 2020 cuenta con unas instalaciones de curación y madurado. «Decidimos abrir en Málaga por la calidad y la cantidad del producto», cuenta Argudo, quien lamenta el descenso del número de ganaderías en la provincia durante los últimos años, especialmente tras la pandemia.
En este sentido, y debido también al incremento «vertiginoso» de los costes de producción, se ha visto obligado a adaptar el volumen de fabricación: «El comercio tradicional y las tiendas gourmet son cada vez más importantes en nuestra distribución», comenta a esta revista.
¿Y qué pasa con el comercio nacional?
«La novedad de que sean quesos diferentes» -destinados a un público europeo con demanda de otros sabores- «ha hecho que comience a interesarse el público local». En cualquier caso, el mayor de los Argudo insiste en que no han hecho un esfuerzo desmesurado para implantar la marca a nivel local. Eso sí, viaja por media Europa con la serigrafía de ‘Sabor a Málaga’.
«Hacemos un producto adecuado para nuestros clientes extranjeros, hay que saber escucharlos»
Con la recuperación económica tras la pandemia y la recuperación del turismo, Lácteos Argudo va camino de alcanzar sus mejores niveles de producción aunque Pere admite que el «futuro es incierto» debido a la falta de competitividad de un producto malagueño y nacional que históricamente había mostrado su fuerza de cara al exterior. «Habrá que seguir reestructurando la producción para reducir costes», concluye.